El azuleño Federico Delbonis se metió en octavos de final en Roland Garros

El tenista azuleño Federico Delbonis confirmó que su buena temporada no es fruto de la casualidad este viernes al clasificarse por primera vez a unos octavos de final de un Grand Slam después de arrasar en Roland Garros al italiano Fabio Fognini, número 29 del ranking, por 6-4, 6-1 y 6-3 en dos horas y seis minutos.

El argentino de 30 años batió su récord en grandes torneos, dejando atrás la tercera ronda que había logrado en Australia 2016. Y, tras sacarse de encima al español Pablo Andújar en cinco sets y a Fognini, su rival en octavos es el español Alejandro Davidovich (46º), quien hoy venció al noruego Casper Ruud (16°) por 7-6, 2-6, 7-6, 0-6 y 7-5, en un maratónico partido.

De esta forma, el azuleño, que hizo cuartos de final en Belgrado y Roma y fue semifinalista en Santiago de Chile y Belgrado 2, es el primer argentino en tocar los octavos en esta edición, a la espera de que Diego Schwartzman (10°) confirme este sábado su favoritismo ante el alemán Philipp Kohlschreiber, de 37 años y 132 del mundo.

En un partido complicado en la cancha Suzanne Lenglen, la segunda en importancia del complejo, el 51° del mundo confirmó su solidez al fondo de la pista y la fortaleza de su servicio. También el resto le funcionó muy bien ante un rival que cometió muchos fallos y se mostró desconcentrado.

Además, el pupilo de Mariano “Niño” Hood no perdió el control en ningún momento, ni cuando el italiano recortó de un 1-5 a un 4-5 en el primer set ni la lluvia interrumpió el juego en el segundo. Tampoco porque el historial marcaba que Fognini le había ganado en cinco de las siete veces que se habían enfrentado.

Pero el europeo no llegó a París en un gran momento. Tras alcanzar los cuartos de final en Montecarlo, tuvo dos flojas actuaciones en Barcelona (cayó en el debut), Madrid (perdió en segunda ronda), Roma (derrota en primera ronda) y Ginebra (en la segunda).

El argentino aprovechó ese bajón y fue contundente. Jugó un primer set muy sobrio y con dos quiebres tempraneros encarriló la victoria en el parcial inicial por 6-4. ​Y en el segundo capítulo, con el italiano en modo fastidioso y fuera de foco, aprovechó para seguir con su juego y quedarse con un 6-1 que lo ponía ahí cerquita de los octavos de final. El problema fue que la lluvia, más inoportuna que nunca, empezó a caer en París y el tercer set tuvo que esperar a que el agua dejara de caer.

Pero, según confesó Delbonis, no fue tan inoportuna. "En el final del segundo me sentía nervioso, quizás me ayudó un poquito la interrupción", contó tras consumar su triunfo, aún sobre el polvo de ladrillo del Suzanne Lenglen. "Traté de no pensar demasiado, me cambié la ropa, me mantuve activo", recordó.

"Ahora siento mucha emoción, se me mezclaron todas las emociones. Se fue toda la tensión y todo es alegría. Recordé todo el trabajo que hice", expresó quien desde hace dos meses volvió a trabajar con Hood, el ayudante de Daniel Orsanic en aquella histórica Copa Davis de 2016 en la que, justamente, Delbonis le dio a la Argentina el quinto punto contra Croacia para ganar la Ensaladera de Plata por primera y única vez. Las buenas sensaciones de aquel año fantástico, sin dudas, están volviendo en el azuleño, que fue formado por el profesor olavarriense Gustavo Tavernini.

No fue la única alegría argentina. Gustavo Fernández (hijo del ex basquetbolista y entrenador de Estudiantes, Gustavo “Lobito” Fernández) debutó en el torneo de silla de ruedas con un contundente triunfo. El cordobés, segundo favorito, le ganó 6-0 y 6-4 al local Nicolás Peifer y se clasificó a las semifinales. Allí, su rival será el británico Alfie Hewett, tercero en el ranking, o el belga Joachim Gerard, cuarto.

Número dos del mundo, Fernández quiere conquistar su tercer título de singles en París (ganó en 2016 y 2019) y el sexto en un Grand Slam, ya que también se impuso en el Abierto de Australia en 2017 y 2019 y en Wimbledon de 2019. En París, además, Fernández jugará las semifinales de dobles junto al japonés Shingo Kunieda, contra Hewett y Gordon Reid. (Fuente: Clarín)