Gato Peters: “Adquirí el oficio de contador de historias, que me lo respetan todos”

“Nosotros empezamos en agosto y ya llevamos 29 funciones en teatro, así que hemos recorrido muchas ciudades en los últimos meses. Hicimos Cruz Alta en Córdoba, Casilda en Santa Fe, otras tres ciudades de La Pampa y el resto en la provincia de Buenos Aires, como Balcarce, Punta Alta, Tres Arroyos, Chascomús, Bahía Blanca, Coronel Dorrego, Azul, Las Flores, Chacabuco. En Las Flores soy local, por supuesto, ya que una vez por año siempre estoy en el teatro de mi ciudad; he trabajado con Cultura de la Municipalidad este año y con aforo reducido, eran 150 personas nada más, pero estuvo completo con el aforo que se respetó” comenzó contando Ricardo Daniel Peters.

El Gato Peters, a secas, y como lo conocen en cada rincón del país, y que este domingo desde las 20.30 horas estará en el Teatro Municipal de Olavarría para brindar su espectáculo “Cuentero 2021, Rebrote de Humor” (las poca entradas que aún quedan pueden adquirirse este mismo domingo desde las 18.30, de decir dos horas antes del show, en la boletería del Teatro Municipal: tienen un valor de 1.300 pesos, pago en efectivo).

¿En Olavarría también sos un poco local también?

Sí. Es que a Olavarría he ido muchas veces. Recuerdo los shows en el gimnasio del club Racing; iba para una gente que organizaba unas rifas, una vez fui con Teresa Parodi; también un club de automovilismo. Hacían cenas grandes, y a Pueblo Nuevo también, un par de veces. Al teatro fui en los últimos años. En Olavarría también me siento local, mi historia es así. Cuando me preguntan cuantas veces fui, y seguro que es el doble de lo que digo. Eso modeló mi carrera y todos los años estreno un espectáculo y lo paseo por todo el país. Lo estreno en Córdoba y en la costa, y así llevo 29 discos. Los arranco en enero, así que eso me obliga a reinventarme.

Entonces cada año hay que inspirarse y hacer algo nuevo…

Tal cual. Tengo un cuento emblemático en Córdoba. Este año tengo un final de rutina, pero cambio todos los años. En este laburo, nadie te enseña. Lo tenés que modelar y yo fui copiándome de los teatreros, me acostumbré a que el guión estuviera escrito, que salga de memoria y no caiga en lugares comunes. Aprendí que con la letra sabida no hay obra mala, para no tropezar. Son las obras que me hacen seguir vigente.

¿Cuándo y dónde arrancó tu historia sobre los escenarios?

Arranqué en La Plata cuando estaba estudiando, hace cuarenta años, 44 para ser exacto. Empecé en las guitarreadas de estudiantes. Me recibí de veterinario en La Plata y después fui a Las Flores como director de la Escuela Agropecuaria, durante 7 años. Fui inspector 16 años y los últimos fui director provincial de Educación Agraria. Y tengo animales míos, administro una empresa ganadera chilena en esta zona, fui funcionario de Planeamiento y Producción en la Municipalidad.

¿Trabajabas como funcionario y al mismo tiempo hacías shows?

Sí. Siempre en paralelo las dos cosas. Nunca dejé de trabajar como director o como inspector. Eso me dio equilibrio psicológico, porque esto de hacer humor es estresante. Entre la genialidad y la estupidez no hay distancia, vas en una cuerda. A veces te va bien, a veces mal, y si me iba mal pensaba que era docente o veterinario, y si me iba mal acá, con este trabajo, decía soy artista, y así seguía. Fui mezclando las dos cosas. Uno como laburo el fin de semana así que yo salía a hacer shows, me gustaba y me pagaban. Y hace 10 años me retiré de la docencia y de la función pública. Antes iba a hacer la temporada de verano completa, sólo en enero, porque tenía vacaciones en mi otro trabajo.

Pero sos un artista reconocido…

Sí, puede ser. Qué sé yo. Ahora que me retire empecé a hacer temporadas enteras como los artistas de verdad. Yo laburo de esto, me siento un contador de cosas, decir shows o artista es demasiado pretencioso. Adquirí el oficio de contador de historias que me lo respetan todos. No tengo mucha explicación para mi vigencia, porque yo cuento cosas simples y de entrecasa y se me hace difícil pensar que cortan 500 entradas para verme. Los de la farándula sí piensan así, yo no. Vivo en Las Flores, saludo a la misma vecina qe barrera la vereda todas las mañanas, compro en la misma panadería de siempre, es lo mismo que si viviera en Olavarría. Iba a las cooperadoras de la escuela de mis hijos, a colaborar en el fútbol infantil como padre, hago laburo comunitario como cualquier hijo de vecino.

¿Y eso mismo lo transmitís sobre el escenario?

Yo digo que no se puede escupir para arriba. Hablo como hablo, lo que me sale. Siento responsabilidad docente de explicar los paisajes, porque los de otra generación no conocen esos lugares, así que debo hacerlo en los códigos comunicacionales de estos tiempos, que el espectáculo sea ágil, soy un estudioso de esto. Ahora tengo tiempo, que antes no tenía. Uno contaba en una guitarreada para ganarte un vino o para arrimarte a una piba; luego te pagaban un mango, y ahora se conceptualiza y se teoriza sobre lo que se hace y hay que ver qué papel toca en la sociedad. Yo soy un defensor de la identidad bonaerense, y le devuelvo lo que recibí en afecto, en educación, en historia. Eso es lo que hago para alimentar el espectáculo y para seguir.

¿De qué se trata Cuenteros 2021, Rebrote de Humor?

Es el espectáculo que estrené en el verano del 2019. En 8 semanas hicimos unos 16 shows, ya que fui a Mar del Plata más algunos en la costa, como Claromecó, Necochea y San Bernardo. Y con 30 funciones íbamos a salir en la gira nacional y se pudrió todo por la pandemia, así que lo guardamos. Quedó sin grabarse, inédito, sólo lo mostré en algún streaming, pero lo seguimos para grabar en disco y que sea mi disco 29. Lo grabamos en Tres Arroyos, siempre ahí porque desde que falleció mi hermano (Walter) que era el técnico de grabación, lo hago allá. Es que en Tres Arroyos están todos los fierros, y luego se edita. Este show tiene la estructura de mis últimos 15 años de carrera y arranca con un video clip de un director de cine, sobre un tema mío contado, es un video clip de 5 minutos y mi hijo Santiago hace una presentación sobre un mago fracasado, y ahí van otros 15 minutos. Después aparezco yo con 1 hora y 10 minutos, así que en total el show dura una hora y media. El primer monólogo tiene varios títulos que se me fueron ocurriendo, como tiempos del humor en gel, con barbijo puesto, con distanciamiento, esperando la vacuna, humor en dos dosis, y en ese monólogo de 5 minutos pongo todos los chistes que me mandaron de la pandemia y que se me ocurrieron. Después son caminos comunes, hablo del origen de los apellidos, la evolución de autos y talleres, de los negocios de los pueblos, con su ingenuidad, de los camioneros, ya que mi viejo era camionero, de camiones chicos, y ese tema me gusta. Yo siempre digo que los camioneros son embajadores de los pueblos nuestros. Yo viajo mucho de noche, hago 11 mil kilómetros por mes, y escucho los programas de radio y los camioneros llaman siempre. Mi vida en gran parte la paso en la ruta, viajando, y quizá hubiera sido camionero. Y después también cuento sobre los controles de salud que hay que hacerse a partir de los 40 años. Es más, me gasto yo mismo y eso garpa, ya que la gente se ríe porque seguro que le ha ido como a mí en los controles. Seguro que la vamos a pasar bien.

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Tipo simple el Gato Peters. Así es conocido en todo el país. No tiene palabras rebuscadas, porque le gusta llegar directo a la gente, en su Las Flores que lo adoptó luego de recibirse de veterinario o en cualquier teatro de la provincia. Después, es el tipo común. Que recuerda a su papá Edgar (fallecido) o a su mamá Nilda Audisio (“la negra”) y hasta se le hace un nudo en la garganta cuando los recuerda y se le complica para seguir hablando, sobre todo cuando habla de su hermano Walter, fallecido en un accidente.

Tiene tres hijos, todos varones: Agustín, Santiago y Julián, y un nieto, Joaquín. Formó esa hermosa familia con su esposa María Teresita Bastién, profesora de Lengua, “a la que conocí en Las Flores. Me ayuda a corregir mis monólogos y mis formas de decir, y también a producir los videos y el vestuario, ella siempre estuvo presente en mi carrera. Es que en realidad a la carrera la hicimos en familia. Llevo 37 años casado y hace 38 que vivo en Las Flores. El músico mío (Carlos Martínez) hace 43 que me acompaña, porque somos amigos desde el secundario, compartimos la Casa del Estudiante en La Plata. El no se recibió, finalmente. Y mi representante de siempre, desde el ´87, es Claudio Poggini” cuenta cuando la nota ya se había terminado, pero siguió aportando más datos, en una charla abierta, descontracturada, tal como es él naturalmente.

Nació en Carhué como Ricardo Daniel Peters. “En el oeste de la provincia. Estudié en la Escuela Agraria, en Rivera, un pueblito que está contra La Pampa, una colonia judía. Y terminé el secundario en Coronel Vidal, al lado de Mar del Plata. Me recibí y fui a hacer la colimba a Comodoro Rivadavia. Volví para comenzar a trabajar en Rivera, en una cooperativa, y en algún momento me ofrecieron venir a la Escuela Agraria de Las Flores. Acepté. Eso fue en el ´82, en el ´84 me casé y en el ´85 nació mi primer hijo. Y me quedé a vivir en Las Flores”, terminó contando.

Seguro que usted sabía del Gato Peters un montón de cosas, por sus shows, por sus cuentos, por hacer reír desde arriba del escenario. Esta vez tuvo la posibilidad de conocer un poco más de Ricardo Daniel Peters, este pisciano que nació hace 66 años (el 11 de marzo de 1955) en Carhué. El pibe de pueblo que jamás cambió, ni cambiará, su forma de ser.