Un final anunciado el del Diario El Popular, empresa centenaria (va por los 124 años precisamente) que en los últimos años entró en un pronunciado declive a partir de varias causas que hicieron que hoy ya no quede absolutamente nada de lo que fue. Es que recientemente la jueza en lo Civil y Comercial de Olavarría, doctora María Hilda Galdós, resolvió declarar su “estado de quiebra”.

Ello se debe a que luego de los numerosos juicios que llegaron a El Popular, principalmente en la nueva y triste etapa que encabeza el empresario Lucas Torres. Pasó que muchos empleados se consideraron despedidos y se fueron, pero haciendo los juicios correspondientes. Sólo un puñado, que no superan los cinco, fueron despedidos aunque nunca cobraron la indemnización correspondiente.

Ahora, la titular del Juzgado Civil y Comercial Nro. 2 hizo lugar a un reclamo de un “acreedor laboral”, cuya presentación en la justicia se realizó en mayo pasado, por lo que la magistrada decidió el nombramiento de una síndico que llevará adelante el nuevo proceso en esta etapa que está transitando la empresa. Por supuesto, también dictaminó “la inhibición general de bienes de Diario El Popular”, para aclarar que la medida “no caducará por el transcurso del tiempo”.

Cuando Torres se hizo cargo de la empresa, en febrero pasado, automáticamente dejaron de ser sus propietarios los integrantes de las familias Botta y Casado, que eran los que manejaban los destinos administrativos y periodísticos del diario que inició la familia Pagano. A partir de ese momento, aunque hubo promesas de que todo se iba a encarrilar y que no iba a haber falta de pagos, fue todo lo contrario.

Un destrato permanente fue lo que denunciaron aquellos empleados (alrededor de veinte) que se retiraron de la empresa en malos términos en su mayoría, con juicios que ahora están cayendo a las nuevas oficinas de Diario El Popular (desde hace un mes aproximadamente funciona en el primer piso del hotel Santa Rosa, donde se encontraba la vieja confitería). Las nuevas autoridades debieron abandonar el edificio de Vicente López 2626, donde funcionó siempre. Inclusive, "en el último tiempo la impresión se hace en la ciudad de Rosario y luego los ejemplares son llevados a Buenos Aires, y luego va alguien desde Olavarría a buscarlos, así que el diario se reparte después del mediodía en la ciudad" comentaron fuentes consultadas.

Allí funcionan, en el edificio del hotel Santa Rosa–de acuerdo con las fuentes consultadas- la redacción, la radio, el canal y la administración. Todo junto. Una enorme desprolijidad. Y lo peor es que pese a que ya son muy pocos los empleados (no sobrepasan los quince), las deudas salariales continúan, por lo que los trabajadores (periodistas, locutores y técnicos de la radio y el canal) se encuentran sumergidos en una enorme incertidumbre, además de no cobrar salarios.

Más de 100 millones de pesos sería la deuda que ahora deberá afrontar Lucas Torres, debido a los juicios que comenzaron a llegar a El Popular. Un final anunciado de una empresa que estaba en agonía y que ahora –parece- le van a decretar su sentencia de muerte.