El más grande artista del rock cumplió 72: yo estuve con él
Indio Solari incide con su mensaje en miles de personas. Un tipo único, por su obra, no por su vida personal. Crónica de un fanático.
Empecé a escucharlo más o menos a mis 12 años, estamos hablando del año 1992, luego que se difundiera su disco más "comercial" La Mosca y la Sopa. Obviamente atrapado por sus melodías pegajosas y letras graciosas, ya que no interpretaba el contenido de las mismas.
Por algo los seguí escuchando a Los redondos, para mí, el grupo siempre fue el Indio, con la ayuda de Coco Oliván, quien luego de meses de asedio, me grabó en casete Oktubre y Un Baión para el Ojo Idiota si mal no recuerdo.
El siguiente paso fue el disco pirata "En Directo" y el doble "Lobo Suelto, Cordero Atado", el primero grabado, el segundo en casetes originales.
Eso me siguió gustando y en 1996 mis padres accedieron a mis insistencias y me llevaron a ver a Patricio Rey a Mar del plata, al boliche Go! en avenida Constitución de la feliz.
Me dejaron en la fila del sábado (segunda noche de una secuencia de 3 días ricoteros). No fue la mejor experiencia de lo que recuerdo, flaquito, campechano e ingenuo, los humos que merodeaban en el recinto me alteraron un poco los sentidos. De todas maneras lo disfruté, y observé infinidad de situaciones y escenas.
La peor y más importante, a mi criterio, un Indio fastidiado, sin hablar con la gente y cumpliendo con su compromiso. Abrió con "El pibe de los astilleros" y los Redondos tocaron un repertorio de hasta ese momento, cinco discos de estudio (Gulp, Oktubre, Un baión, Bang Bang y La Mosca y La Sopa).
Esa noche, sábado 8 de junio de 1996, tocaron algunas canciones del flamante y excelente disco Luzbelito, desconocidas para casi todos ya que había salido a la venta pocos días antes.
De todas maneras, fue un show compacto, sobrio, profesional y acá cuento que me di el lujo de verlos en un lugar con solamente 3 mil asistentes, hecho que jamás volvería a ocurrir.
La segunda vez fue en el Polideportivo de la misma ciudad, ya en 1997, pero esta vez fui solo, en colectivo, y me hospedé en el hotel Roberto que si no me equivoco estaba sobre la calle Bolívar frente al Hotel América, donde íbamos todos los años con los Torneos Juveniles Bonaerenses.
Anécdota: la entrada al recital se conseguía el día anterior en alguna disquería o punto de venta. El día del recital vinieron dos amigos del Barrio jardín de Olavarría y juntos asistimos al recital. Uno de ellos logró tomar una púa al final. Me ayudaron por su edad y contextura a sobrevivir cerca de la baranda del frente.
Me jacto de que los "llevé" y apadriné en semejante evento. Luego dormimos en el piso en la Terminal y regresamos al otro día a la ciudad.
Después ocurrió lo de "Olavarría", la famosa prohibición de Don Helios y la conferencia histórica en la que el país conoció al Indio y todos se quedaron boquiabiertos con sus precisos, modernos y certeros conceptos.
Nuestros padres y mayores nos subestimaban, pero al escucharlo hablar se dieron cuenta de que lo que decía ese pelado nos llegaba e identificaba.
Pasó la suspensión, Tandil, Racing, River y el interior, y la movida se agigantó no por marketing, cada vez más eramos los que sentíamos pasión por esas canciones. Sin explicar, interpretando, debatiendo, o renegando también.
Nuestro país es único y este fenómeno contemporáneo que la vida nos ha dado también. Lo quieras o no, merece ser escuchado... por algo trascendió generaciones. Un tipo al que no admiro como persona pero que debe ser fascinante escucharlo hablar de generalidades, anécdotas e historias de la psicodelia, movimiento al que frecuentemente menciona respecto a su formación en su juventud.
El Indio Solari, una frase hecha, pero "mi único héroe en este lío". Después de mis hijos y mi entorno, es mi única pasión.
Lloré por Maradona noches enteras sin haber sido fanático, sí por haberlo admirado y bancado siempre. Deseo que el Indio Solari sea eterno, por el bien de la humanidad.
Prometo explayarme más (si a alguien le interesa o llama la atención), tengo muchas opiniones por exteriorizar que nunca han salido a la luz, o solamente con algún puñado de amigos.
Hoy brindo por tus 72, y ojalá sean varios más en los que puedas estar en buena forma y seguir regalando tu obra, que tanto bien nos hace a muchos. Te admiro y te quiero.
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