Fernando Puma Martínez mostró su enorme capacidad arriba del cuadrilátero para vencer otra vez al potente filipino Jerwin Ancajas en la revancha que tuvieron por el título mundial de la categoría supermosca de la Federación Internacional de Boxeo (FIB). El argentino, que en febrero de este año había dado la sorpresa con una actuación histórica para arrebatarle la corona, tuvo otra vez el control del combate de principio a fin para imponerse por decisión unánime en las tarjetas.

El sudamericano, de 31 años, estiró su invicto en este nivel a las 15 presentaciones todas con triunfos entre los que firmó 8 nocauts. Pero hay un detalle que hace más grande su actuación: Ancajas, de 30 años, había perdido una sola vez en toda su trayectoria hasta inicios del 2022. El filipino tenía 36 peleas con 33 victorias (22KO), 2 empates y 1 derrota. En apenas ocho meses, el Puma destrozó esas estadísticas para sumarle dos caídas más sin discusiones en las tarjetas.

Quedó clara la estrategia de pelea de uno y otro desde el primer segundo de la pelea. El filipino intentó moverse alrededor del cuadrilátero buscando la distancia necesaria para ejercer su método, pero el argentino lo persiguió incansablemente para acortar el espacio entre sus cuerpos. Martínez logró quebrar el planteo de su rival por momentos en el primer tiempo y minó especialmente el cuerpo con el objetivo de iniciar un proceso de desgaste.

Ancajas encontró su camino en el segundo round, con un golpe que claramente le sembró dudas al argentino y le permitió trabajar al experimentado combatiente filipino desde la distancia. Su trabajo comenzó a apoyarse en ese modelo, con la potencia de esos puños que le permitieron permanecer una década invicto y sumar 22 KO.

La receta del filipino fue constante: merodear por la sogas alrededor del cuadrilátero, intentar imponer distancia muchas veces incluso dejando firme su jab y trabar a Martínez en cada ocasión que quebraba la defensa para combatir cuerpo a cuerpo. Así y todo, el Puma acertó un interesante golpe en el rostro de su rival durante el tercer parcial.

El equilibrio de los puños quedó en claro durante la cuarta ronda, que tuvo momentos de aciertos feroces de Martínez pero también golpes efectivos de Ancajas. Probaron la potencia de su rival en ambos lados, pero siempre cada uno con su forma.

El sexto asalto fue de alto voltaje, una pelea callejera por momentos con algunos pasajes que recordaron al primer combate entre ambos. El Puma conectó algunos golpes letales, que el filipino absorbió de pie. Sintió cada mano, claro está, pero sacó a relucir otra vez su solidez para no tambalear aunque recibió manos de posible KO.

Los pómulos de Ancajas comenzaron a evidenciar la efectividad de Martínez, que siguió trabajando sobre su rival a lo largo del séptimo. Más que destacable el carácter del filipino, que no mostró temor a pesar de los pasajes de superioridad del argentino e incluso se prestó a un golpe por golpe que mantuvo a todos los presentes expectantes.

Con cierto cansancio físico, el ex campeón mundial se entregó a la pelea cuerpo a cuerpo y casi que ya no recorrió el ring en adelante. La pelea fue mano a mano, golpe a golpe, acierto a acierto. Martínez más preciso y entero, pero la pesada mano del asiático siempre estuvo presente como un temor latente de nocaut salvador. Y si algo dejó en claro el peleador de 30 años en el noveno round fue su capacidad de absorber golpes, incluso para resistir de pie tras lanzarse contra las cuerdas al quedar visiblemente sentido por un preciso acierto al rostro del Puma.

El show continuó incluso en el décimo, en la recta final de la pelea, en los rounds del campeonato, definitorios. Tal vez el ex campeón mundial mostró algunos de sus mejores recursos sobre el tramo de cierre, pero Martínez igualmente supo también conectar algunos puños que exigieron a su rival. Tuvieron un último round acorde a los 24 asaltos que entregaron en las dos peleas, a puro intercambio, entregando todo arriba de la lona.

Pero los jueces no dudaron y decretaron ganador a Fernando Martínez por amplio margen. Zachary Young y Tiffany Clinton firmaron un 118-110, mientras que Ellis Johnson notó mayor diferencia y le dio al argentino un 119-109.

“Nos preparamos muy bien, hicimos terrible campamento. Lo más difícil es mantener el título. Ahora tengo que ir a casa, descansar, recuperarme de los golpes y tengo que volver porque vamos por todos los campeones. Soy un campeón mentiroso, tengo un récord mentiroso, vengo peleándola desde los 11 años, luchando y sacrificándome para esto. Tengo 31 años y sigo luchándola, creo que en un par de defensas mas le voy a comprar la casa a mi familia, la voy a sacar adelante”, expresó el argentino tras sostener su primera defensa del título.

Martínez incluso despertó risas de los presentes en el Dignity Health Sports Park de California (Estados Unidos) que tuvo como pelea de fondo la pelea de Sebastián Fundora y Carlos Ocampo por el título super wélter del CMB. Sacó una lista para realizar una serie de saludos que continuó a lo largo de toda la entrevista. “Nos venimos preparando muy bien, este es mi sueño por cumplir, quiero salvar a mi familia. Creo que en un par de defensas más voy a poder comprarle la casa. Soy un peso chico, no hay muy buena paga. Estamos acá para hacer historia e hicimos historia. Ancajas es muy buen rival, un gran campeón. Sabía que era una pelea dura, pero quiero eso, pelear contra los grandes campeones”, aseguró.

El hombre que está bajo la tutela de la agencia de representación del Chino Maidana ahora sueña con tener una presentación contra alguno de los otros campeones del peso supermosca (115 lb/52.2 kg) como Jesse Rodríguez, Kazuto Ioka o Chocolatito Román González.