Una vez más, un hogar –por así llamarlo, ya que no alcanza a ser geriátrico porque no cuenta con habilitación municipal y su estado es sumamente deficiente- vuelve a ser noticia porque se registró un nuevo episodio. Repetido, que ya ha tenido alguna denuncia que ha salido en los medios y en esta oportunidad Primera Info pudo tener la información precisa de lo que ocurrió este viernes 8 de marzo, precisamente en el Día Internacional de la Mujer.

Una de las abuelas que allí está hospedada, de 94 años (también se encuentra allí su hija, de 67 años) alrededor de las 11 horas, comenzó a llorar y a gritar muy fuerte. Tanto que despertó alerta en los vecinos que viven alrededor de este “geriátrico”, sobre la calle 20 del barrio CECO l. Precisamente, en la casa 122.

Ante esta situación, se llamó a la policía y llegaron al lugar tres móviles de la Patrulla Departamental para constatar la situación que se vivía en el interior. También se llamó a una ambulancia y llegó la del SAME, dependiente del gobierno de la provincia de Buenos Aires, al recibir la llamada en el Hospital Municipal. Inclusive se hizo presente Gabriel Castro, delegado del barrio ante la Municipalidad.

Es que fue necesario atender a la mujer de 67 años que se encontraba con una crisis nerviosa (también se dijo que tiene alguna deficiencia madurativa), mientras que enseguida llegó una mujer que, aparentemente, es la que regentea el “geriátrico”. Y reconoció, ante las autoridades policiales, que no cuenta con habilitación municipal. Algo que es muy común, aparentemente, en Olavarría. Y que habría muchos en esa misma situación, por lo que se trata de hogares absolutamente clandestinos.

La ambulancia se retiró con los paramédicos, que atendieron con una medicación para intentar calmar a la mujer. La policía también se retiró, y luego los gritos continuaron. Son 8 personas las que viven en ese pseudogeriátrico, en cuatro habitaciones, en condiciones no ideales para abuelas y abuelos que están transitando la última etapa de sus vidas y que debería ser una etapa digna.

En medio de un ambiente en el que hay olores muy feos (originados por la falta de aseo y falta de ventilación) es muy difícil vivir. “Esto se tenía que destapar” decía una de las abuelas, quien dijo que su nieta le quitó la casa en el barrio Pueblo Nuevo y terminó viviendo allí, lugar del que quiere irse cuanto antes, pero su hija vive en otra ciudad y entonces ahí habría que analizar esa otra historia.

Ahora todo depende –de acuerdo con lo que señalaron los policías- de la Dirección de Discapacidad y Adultos de la Municipalidad de Olavarría, a cargo de Laura Arbillaga. Seguramente habrá una investigación del lugar, pero también de los demás geriátricos clandestinos, sin habilitación, que son varios los que hay en nuestra ciudad, donde los abuelos viven en condiciones casi lamentables.

Un tema que hay que solucionar rápidamente, porque las consecuencias pueden caer sobre todos: desde los que “regentean” estos lugares hasta la misma Municipalidad, pasando por los familiares ya que no todos deben saber lo que ocurre puertas adentro. Puertas que, como en este caso, están cerradas con llave y una cadena, para que nadie pueda salir.