La médica Clarisa Laprida nación en Capital Federal, pero decidió irse a vivir a Azul y trabajar en Olavarría. EL 4 de junio fue su último viaje a la ciudad, en la misma ocasión en que aparecieron los 3 primeros casos de Covid-19, uno local y dos importados. Enseguida Clarisa resolvió junto a sus compañeras suspender los turnos en esta ciudad hasta que se disipara la incertidumbre y desde esa fecha no volvió a pisar Olavarría.

Poco después recibió la noticia de que sus compañeros de hospital habían dado positivo en Coronavirus. "Inmediatamente me comunico con la médica infectóloga de la ciudad de Azul y se decide mi aislamiento junto a mi grupo familiar". En ese momento no tenía síntomas de la enfermedad pero advirtió a la persona que le ayuda en las tareas de la casa y el cuidado de sus hijos que estén alerta.

La médica azuleña Clarisa Laprida compartió una carta en sus redes sociales expresando la estigmatización que sufre por haber contraído coronavirus. Pidió comprensión, ya que cuando suceden estos hechos de discriminación, las personas no se animan a contar que tienen un síntoma por miedo a este rechazo y a los "escraches" que se viralizan en redes.

"Hoy quizá la gente me conozca como la segunda médica de la ciudad que fue positiva para Covid, y me gustaría contarles a los que les interese mi historia para llevar tranquilidad y dejar de lado la angustia que toda esta situación genera en la sociedad" reza su carta.

Clarisa también se llenó de angustia y miedo a que sus hijos pequeños sufran algún síntoma, a que su marido se enferme o a haber expuesto a alguna otra persona. 

También recibió mensajes de apoyo y otros que expresaban no poder creer que justamente ella, que se cuidaba tanto, se haya contagiado. "Siempre te veo vestida como astronauta y limpiando todo, cómo puede ser?" era un mensaje que se repetía y ella se hacía la misma pregunta.

Después entendió que en su profesión es prácticamente una cuestión de suerte pero que aún así repasa en su cabeza todos los días desde el 4 de junio cada detalle para no obviar a nadie que pudiera haber tenido contacto con ella y de este modo contribuir a proteger a la sociedad.

Para finalizar, su mensaje fue que la estigmatización de los enfermos sólo genera más contagios. "No los señalemos con el dedo, ayudemos a que se sientan confiados en avisar ante la más mínima duda. Nadie quiere estar enfermo y nadie quiere contagiar". Clarisa apeló a la comprensión de la gente en general y llamó a no juzgar, ya que a todos nos puede pasar lo que a ella. Su deseo y el objetivo de esta carta fueron procurar unir a la sociedad azuleña y que "tiremos todos para el mismo lado, para proteger la salud de toda la población".