En este día del padre tan atípico, donde la distancia física se hizo notar y las demostraciones de afecto y celebraciones fueron de forma virtual, el intendente Galli habilitó los cementerios para que las personas que perdieron a su padre puedan concurrir.

El horario estipulado fue de 10 a 17. Alrededor de las 16 horas del domingo en el Cementerio Municipal ya habían ingresado 460 personas y continuaban llegando con flores, botellas de agua y barbijos o máscaras, como fue solicitado por la Secretaría de Salud del Gobierno Municipal.

Otras medidas consistieron en respetar el distanciamiento social, no permanecer más de 20 minutos en el lugar, no usar agua para los floreros, minimizar el uso de los baños y extremar las medidas de higiene y desinfección.

Desde el Cementerio Municipal narraron que la gente respetó tanto el protocolo de biosanidad como el tiempo de permanencia en el lugar. Concurrieron alrededor de 160 personas el sábado y más de 460 el domingo, todas con tapaboca y con sus botellas de agua. "Les pedimos que no pongan agua en los floreros para prevenir el dengue, pero además que traigan su propia botella de agua para que no estén todos tocando la canilla y se puedan contagiar" contó el encargado.
Todos los empleados contaban con tapaboca y se realizaron desinfecciones durante todo el día por la circulación de gente.

En el cementerio Loma de Paz la circulación de autos fue constante durante toda la jornada de ambos días. Pudieron verse autos en el estacionamiento y a lo largo de la cuadra durante la mañana y la tarde del sábado y el domingo.
Si bien los protocolos de biosanidad requeridos eran los mismos para ambos cementerios, en Loma de Paz la gente no llevaba su botella de agua, por lo que las canillas del lugar fueron utilizadas por varias familias.

Algo similar pasó con el tiempo de permanencia, según describieron los empleados del lugar. "Tienen 20 minutos para estar, pero la gente no los respeta y se queda más tiempo. Otros se van antes". 
La circulación de gente fue casi constante alrededor del predio y se registraron más de 10.000 visitas entre el sábado y el domingo.

Todos los empleados de Loma de Paz contaban con mameluco, tapaboca y algunas máscaras para realizar el control de ingresos y permanencia. "La gente respeta la distancia social pero es más fácil hacerlo en un predio tan grande" explicaron. Fuera del cementerio, en los puestos de flores, estar a dos metros de distancia resultaba más difícil por lo angosto de la calzada y su proximidad a la calle.