En la columna política del diario El Popular, el autor dice que la fiscal Beytia “se habría limitado a seguir minuciosamente esos pasos (durante la pérdida de las vacunas en el Hospital Provincial de Oncología), lo que pasó en esas diez o doce horas desde que se descubrió el hecho hasta que fue denunciado, qué y quiénes pudieron haber hecho algo en ese espacio de tiempo, por qué no denunciaron ese supuesto “sabotaje” de inmediato”.

Estas son las preguntas centrales que se haría la fiscal, además de interrogarse sobre lo que habrían estado haciendo los políticos provinciales durante ese tiempo, inclusive “antes de tomar la decisión de conservar las dosis en un lugar hasta ese momento posiblemente inapropiado habiendo uno alternativo que sí estaba en condiciones de hacerlo”.

Se dijo además que la fiscal estaría analizando el cruce de comunicaciones entre los tres principales políticos, el jefe de la Región Sanitaria IX, el diputado provincial y el subsecretario de Minería, porque partiría de una hipótesis que los podría involucrar en un armado tendiente a perjudicar políticamente al Intendente.

Las negociaciones posteriores, en sendas “reuniones privadas” entre todos estos actores, ayudaría a entender todo. Es en vano: los políticos y el poder se mueven por miedo.

Entre todos los movimientos políticos que existen en la ciudad, el peronismo vinculado a Juntos por el Cambio está buscando gente representativa del peronismo que supo estar dentro del Frente de Todos para enrolarlos en una suerte de espacio, que podría ser una alternativa electoral vecinal o bien engrosar y fortalecer la pata peronista de JxC en donde se daría un nuevo encuentro. No amigable por cierto, entre el curismo y el larrechismo.

A propósito de ello, estos últimos ya le habrían ofrecido la candidatura a intendente a un conocidísimo profesional para que los represente en una futura PASO (aunque falta mucho para eso) o en un partido vecinal.

Llama la atención que en Olavarría proliferen los partidos vecinales justo en un momento en el que en la Nación prevalecen los grandes movimientos nacionales enfrentados furiosamente por una inexorable polarización. Las preferencias se dividen entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, y no hay otra cosa.

Por eso no se entiende el vecinalismo creado por el Intendente.

Metiendo mano

En tanto, el gobernador Axel Kicillof ya le habría bajado órdenes a su subsecretario de Transporte, Alejo Supply, para comenzar a caminar la Séptima y el objetivo de Axel sería marcarle la cancha a César Valicenti, con quien no tiene una buena relación como tampoco la tiene con La Cámpora. Y pretendería a uno de los suyos encabezando la lista seccional.

Supply es un joven de absoluta confianza del Gobernador y no es camporista, dos particularidades favorables para mandatario provincial quien no encuentra otra manera que ésta para torcer el voto de la Séptima, tan lejano a todo lo que huela a kirchnerismo.

Por su parte, el massista Eduardo Rodríguez también quiere disputar un lugar en esa lista para dejar de ser un eterno concejal, función en la que no se ha destacado mucho como para postularse en 2023 para conducir los destinos de la ciudad.

Entonces, mientras discuten el futuro de Ramiro Borzi en la Región Sanitaria, el camporismo no quiere perder a su jefe porque si esto pasara se extinguirían como los dinosaurios y no precisamente por una lluvia de meteoritos sino porque al Gobernador se le ocurrió meter mano en cada sección electoral.

Clarito, ¿no?