En declaraciones a Arriba Provincia por Radio Provincia destacó la importancia de poner estos estudios en contexto y agregó que en esta pandemia “la combinación de vacunas no es algo nuevo. Hay varios países europeos que la están aplicando. Incluso, Ángela Merkel, en Alemania, se vacunó con dos vacunas diferentes”.  

Salvarezza explicó que en el caso particular de Argentina “lo que se decidió es que, para autorizar las combinaciones, era necesario un estudio clínico. Por eso, se reclutó voluntarios en todo el país” y destacó  que los efectos adversos que suelen tener las vacunas como dolor en el hombro, cefalea son de la misma magnitud que si se aplicaran dos dosis de la misma vacuna. Nada ha cambiado”.

Con respecto a la producción de vacunas en Argentina, el ministro señaló que “en toda esta etapa se pudo ver que en el país existe la capacidad para fabricarlas. Hay producción nacional de la vacuna de Oxford y de la Sputnik V” y señaló que “Argentina también tiene la capacidad para evaluar como se demuestra en los estudios para autorizar las combinaciones”.

“Así que lo que nos faltaría sería poder diseñar vacunas propias en un futuro. Hoy tenemos 6 proyectos, todos en etapa preclínica. Uno de ellos muy avanzado como es el de la Universidad de San Martín que también tiene un laboratorio nacional que está interesado en fabricar. Nosotros los hemos subsidiado para que completen la fase preclínica. Así que uno puede pensar que para julio del año que viene puede haber una vacuna nacional en Fase 1 o 2 de estudio en humanos”, aseguró Salvarezza.

En otro orden, aseguró que el gobierno de Cambiemos “mientras proponía llevar a Argentina hacia modelos de países desarrollados, en ciencia hizo absolutamente lo contrario. Pues, ni Alemania, ni Estados Unidos ni Israel dejan de invertir en ciencia. Sin embargo, acá dejaron de invertir en el área”.

Salvarreza explicó que “hoy tenemos reglamentada una ley de financiamiento de la ciencia que aspira a llegar al 1% del PBI en 2030. Eso sería un aumento muy importante porque se podría pensar en un desarrollo científico argentino que aumente el valor agregado de los productos”.