Así lo informó el canciller de ese país, Alexander Schallenberg, quien señaló que si bien “no es fácil” la decisión, resulta necesaria “ante el número de contagios” de Covid-19.

En referencia al confinamiento de toda la población que regirá desde el lunes, Schallenberg señaló que resulta “doloroso” tener que imponer ese tipo de restricciones teniendo en cuenta que hay vacunas suficientes para la población.

“A pesar de meses de persuasión, a pesar de todas las campañas en los medios de comunicación, a pesar de todo, no hemos podido convencer a la gente de que se vacune. Así que nos vemos abocados a una decisión muy difícil, la decisión de que debe comenzar rápidamente una vacunación obligatoria a nivel nacional. La vacunación es el único camino para salir de este círculo vicioso”, dijo el funcionario, quien puso el acento en la importancia de “mirar a la realidad a los ojos”.

En sintonía con los dichos del canciller, el ministro de Sanidad austríaco, Wolfgang Muckstein, sostuvo que las medidas “no son fáciles para nadie pero son necesarias”.

De esta forma, Austria se convirtió este viernes en el primer país europeo en anunciar que hará obligatoria la vacunación contra el coronavirus.

El país es una de las naciones con menor tasa de vacunación de Europa Occidental: sólo el 66% de una población de 8,9 millones de habitantes tiene la pauta completa. Registra un repunte de casos de coronavirus desde hace algunas semanas y durante los últimos días alcanzó varios registros máximos de contagios en el marco de la pandemia.

En el mundo, hasta ahora, hay muy pocos países en los que la inoculación contra el coronavirus se haya vuelto obligatoria. Sin contar a Austria, están dos Estados autoritarios de Asia central, Tayikistán y Turkmenistán, y el Vaticano. El territorio francés de Nueva Caledonia, en el Pacífico, que goza de cierta autonomía, también tomó esta decisión.