Podría haber estado en la hermosa Bogotá este sábado 27 de noviembre en una presentación internacional. Pero cambió las luces y las avenidas de esa ciudad colombiana por la quietud, la paz y la parsimonia de un humilde pueblo de campo, bien de campo, como es Mapis, en el centro de la provincia de Buenos Aires.

Así es Leandro Vesco (47), quien llegó a esta tierra ubicada en el medio de caminos de tierra, de rieles abandonados, de galpones olvidados que demarcan que hubo días más intensos, en un pueblito casi perdido de Olavarría, en el que la gente anda mansa y tranquila todos los días del año.

Pero eligió Mapis para presentar su tercer libro, “Desconocida Buenos Aires. Escapadas Soñadas” ($1.600). Una tarde de sábado, escuchando folclore, comienzo un rico asado entre gente amiga, entre docentes, acompañado por su familia (su esposa Soledad Bastida, 44, y sus hijos Galo, 13, y Salvador, 15). Pero eso es lo que más le gusta a este entrerriano que escribe para La Nación, pero que vive para los pueblos del interior, y en una charla luego de la presentación contó todo lo que vivió en Mapis:

¿Esta es una pasión que descubriste en qué momento respecto de andar por los pueblitos y escribir sobre las raíces del país?

Tiene que ver mucho con mi pasado en Entre Ríos. Yo soy del litoral, bien entrerriano, y mi padre era geólogo así que su trabajo era precisamente hacer territorio tierra adentro. Entonces yo lo acompañaba y los geólogos y los ingenieros agrónomos al final del día se encontraban a compartir un aperitivo en las pulperías, y entonces ese fue mi primer acercamiento a este mundo tan hermoso, tan sentimental de la gente de campo compartiendo un aperitivo, una tabla de picadas. También se une a mi inquietud propia de ser escritor, de ser periodista de saber un poco más, de indagar, de investigar, y también un gran deseo de viajar. Para mí esto significa cumplir un sueño y hacerme cargo de lo que yo vine a hacer este mundo que es informar y contar que hay otro país, otra historia. Así que estoy haciendo eso. Para mí es muy importante volver y estar en los pueblos, porque si yo propongo que la gente se mueva el autor debe dar el ejemplo. Y el ejemplo lo estoy dando presentando mi libro en Mapis y en toda la provincia de Buenos Aires.

¿Es provincia de Buenos Aires exclusivamente, y cuántos kilómetros ya has recorrido?

Siempre hablo de eso con mi amigo Mario Markic, que hizo el prólogo de uno de mis libros, y con el que nos encontramos una vez cada quince días para tomar algo en Buenos Aires. Creo que he perdido la cuenta y Google a veces me lo recuerda que he dado una vuelta y media al mundo en un año. Pero no mensuro en kilómetros sino que mensuro en gente conocida, en historias, en valores humanos, en personas. Me gusta pensar que la gente a la que entrevisté o con la que estuve me enseñó y me hizo una mejor persona, porque cuando comencé a hacer esto era difícil colocar historias en los medios de comunicación que tenían que ver con pueblos pequeños o pulperías. Y ahora es todo lo contrario: los medios quieren cada vez más estas historias. A mí me interesa mucho conocer personas porque al mapa lo hacen las personas, así que no cuento los kilómetros recorridos sino que cuento los amigos conocidos, las familias que me cuentan sus historias, y en eso en Buenos Aires es muy rico.

¿Por qué Mapis?

Porque Mapis resume el espíritu de Reconocida Buenos Aires. Acá hay una red de familias que trabajan para que el pueblo no desaparezca, sino todo lo contrario ya que trabajan para que esté más robustecido, que esté siempre en la cartografía de Olavarría y de Buenos Aires. Es una red familiar, una red de maestras rurales, una red de padres y madres que acompañan a las maestras y vecinos de Mapis que hacen este lugar en el mundo sea especial. De verdad, este lugar es especial, porque acá ha venido gente de otros distritos que se ha tomado su tiempo para disfrutar un día de campo. Además, que un libro convoque a esto es muy importante. Por qué Mapis, en definitiva, y es porque acá hay corazón, hay sentimiento, hay arraigo por la tierra bonaerense.

Además de Mapis, en tu último libro figuran otros pueblos de la zona…

Sí, claro. Todos los distritos que limitan con Olavarría están dentro de mis libros. Son cuatro libros, porque en los próximos días sale mi próximo libro de Pulperías y Bodegones, y hay historias de Bolívar, de Daireaux, La Madrid, Guaminí, Adolfo Alsina, Pigüé, Coronel Suárez, Saladillo. Me he tomado el trabajo de hacer algo muy federal, de involucrar a todos los distritos de la provincia que considero tienen mucho potencial turístico, porque esto también es importante destacar: el turismo rural es la puerta de entrada para que los pueblos se recuperen. Y hoy estamos viviendo un renacimiento del turismo, de los viajes internos, de reconocer nuestro mapa. La pandemia nos trajo un poco de esto, de mirarnos para adentro y darnos cuenta que el paraíso está muy cerca de nuestra casa, que hay que recuperar los sabores, las charlas, los encuentros, el aperitivo, caminar y mirar las estrellas. Todo eso hay que recuperar.

¿Cuál es el próximo pueblo a visitar?

El próximo pueblo será cuando el 11 de diciembre presente mi último libro en Tandil, que es una plaza muy importante, algo así como la capital del goce y del disfrute, de los sabores criollos. A partir del 8 de enero comenzaré la Noche de los Almacenes en Roque Pérez y hasta Pascuas tendré presentaciones en toda la provincia.