Por Mercedes Fariña / @MerPato

El 6 de marzo se cumplió un año del femicidio de Marcela Gómez. Olavarriense, de 18 años, fue apuñalada por su entonces cuñado cuando se interpuso entre él y su hermana en una discusión. 

Juan Horacio Báez, de 37 años, es el único acusado del femicidio y se encuentra detenido desde ese día en la Unidad N° 2 de Sierra Chica, actualmente con prisión preventiva e imputado por el delito. Buscarán concretar un juicio oral y público.

Este 8 de marzo la mamá de Marcela, María José Barrera, estuvo presente junto a su familia en un nuevo pedido de justicia por su hija y acompañando los reclamos del 8M. En diálogo con este medio, María José expresó que "más allá de que él esté preso, no me alcanza, él sigue gozando de la vida, mi hija no". Pero la mamá de Marcela tiene esperanzas: "Yo sé que hay un Dios y él se va a encargar de todo", refirió en cuanto a la condena que pueda recibir Báez.

María José recae en ese pedido divino, porque sabe que "la Justicia es lerda" pero afirma que no tiene "problema de esperar el tiempo que tenga que esperar". Mientras tanto, el pasado 13 de febrero se presentaron pruebas y testigos para poder llegar a un juicio contra Báez.

El hostigamiento y la paradoja de los celulares

En junio de 2022, María José Barrera contó a Primera Info que Juan Horacio Báez hostigaba a través de mensajes a su otra hija, quien es la ex pareja del hombre acusado del femicidio de Marcela. Cabe recordar que Báez en ese entonces se encontraba con prisión preventiva y los mensajes los enviaba desde la cárcel.

La familia radicó la denuncia pertinente y desde Políticas de Género les proveyeron un botón antipánico a la joven. La denuncia por hostigamiento, en tanto, se sumó a la causa por el femicidio.

Esta denuncia pone de manifiesto una paradoja. En 2020, con el aislamiento obligatorio por la pandemia de coronavirus, se estableció un protocolo en las cárceles bonaerenses para que los internos puedan tener teléfonos celulares. Los mismos serían registrados en cada penal con marca y modelo y no estaba permitido el uso de redes sociales ni aplicaciones afines, excepto por WhatsApp. Asimismo, solo podrían utilizar los dispositivos en las celdas.

El artículo 5 del protocolo establece que "la posible participación en un delito penal mediante la utilización del dispositivo móvil dará lugar a la inmediata incautación del teléfono celular y al labrado de las actuaciones administrativas y/o denuncia penal correspondientes". En el caso de Báez, de momento no se le ha incautado el teléfono celular que utiliza para hostigar a su ex pareja.

Este acoso por parte de Báez hacia su ex pareja y hermana de Marcela, a través de comunicación con un celular, implica una violación a las medidas de alejamiento que pesan sobre él, consistiendo un delito penal cometido incluso desde la unidad penitenciaria donde cumple prisión preventiva. El cumplimiento de la orden de alejamiento es controlado por la justicia mediante la vigilancia policial. Cabe aquí preguntarse si las comunicaciones de Juan Horacio Báez están siendo vigiladas dentro del penal.

Hoy, un año después del femicidio, María José indicó que Báez "sigue escribiendo, sigue hostigándola, le dice que es el amor de su vida, que no puede vivir sin ella". Incluso, "le escribió al papá de mis hijas, diciendo que él no hizo nada, como todo psicópata", contó la madre de Marcela.

Otro 8 de marzo y otro caso donde los procesos judiciales son lentos, donde las familias son las que reclaman justicia y aguardan una resolución que tarda en llegar, mientras lidian con revictimización, violencia e impunidad para los culpables. "Yo pido perpetua", cerró María José.

Si estás viviendo violencia de género, o conocés a alguien en esa situación, comunicate al 2284 - 583337 (Dirección de Políticas de Género) o al 144.