Una campaña política en tiempos de pandemia

Mientras el gobierno de San Luis imita la idea de Donald Trump de construir un muro con Córdoba para separar definitivamente a ambas provincias, el gobierno nacional hace lo mismo con la CABA tomando el tema de la educación para marcar diferencias.

Mis amigos madrileños creen que el gobierno puntano está loco. Ven que el país, a causa de estos caudillejos, “se va convirtiendo en un conjunto de republiquetas. Es que no construyen muros, pero sí zanjas o abismos como los castillos medievales”.

El ministro Nicolás Trotta, quien se erige en el mandamás educativo aún sin escuelas bajo su conducción y cuando la educación es facultad y potestad de las provincias, vive chicaneando constantemente al gobierno de Rodríguez Larreta para que no quede ante el resto de la sociedad como la ciudad que pudo reiniciar las clases y con todo lo que ello significa.

La guerra política ya comenzó y la iniciaron “los odiadores” tan frecuentes en este momento. Trotta y quienes lo siguen en sus criterios son una máquina de impedir. Porque una cosa es poner en marcha las clases en el Conurbano y otra es la de hacerlo en Capital.

Al mismo tiempo, crecen los contagios casi de manera exponencial revelando un fracaso absoluto de la estrategia sanitaria nacional. De nada sirvieron las cuarentenas estrictas que agobiaron a la gente pusieron contra la pared a la economía.

La gente se fue quedando sin trabajo y para nada. Los comercios se fundieron y sin ningún sentido colectivo. Muchas pymes quebraron. En tanto, el ministro de Salud se lo pasaba anunciando yerros. Un desastre. Realmente un estrepitoso fracaso de un gobierno que sólo atinó a emitir y a repartir monedas entre algunos damnificados.

Todas estas políticas erráticas condenaron a las poblaciones a constantes cambios de fases, a ir del Infierno al Cielo, luego bajar al Purgatorio, volviendo al Infierno en el paso siguiente y elevándose al Cielo para luego caer estrepitosamente de nuevo.

Mientras tanto, y con casi un año de gestión, el Gobierno le sigue echando todas las culpas de lo que pasa a la gestión anterior. Los argentinos viven culpando a los antecesores y transfieren responsabilidades que le son propias.

Largaron!!

Pero la vida continúa. Jorge Macri presentó su proyecto electoral y se lanzó de lleno hacia los comicios de 2021. En una entrevista publicada hoy por EL POPULAR, manifiesta su intención de ser gobernador, la “designa” como cabeza de lista a María Eugenia Vidal y busca mandarla al Congreso para que continúe su carrera en la Nación y no incomode en la Provincia.

Y lo corre un poco a su primo Mauricio para que en 2023 no exista esa grosera abundancia de apellido en las listas, no vaya a ser que la oferta electoral tenga a dos Macri, uno en Nación y otro en Provincia, y lo confina a Emilio Monzó a la Nación.

Es que el ex presidente de la Cámara Baja también pretende ser candidato a gobernador, y Jorge Macri no quiere internas.

El intendente de Vicente López también le cedió a Ezequiel Galli todo el poder de la Séptima y pretende basar su campaña en la llegada territorial que tienen los alcaldes.

El problema de Galli es que no maneja el tema de las fases y hoy se encuentra con un reclamo de los propietarios de gimnasios, a quienes se les cayó el sueño de una actividad ininterrumpida.

El peronismo navega entre las ambigüedades y el régimen verticalista y excluyente de La Cámpora. Son muchos los roces entre camporistas y quienes no lo son. El cristinismo más dogmático y cerrado no puede integrar a nadie. Quizás no saben hacerlo o tal vez ya están colonizados por un código político que les imposibilita vivir dentro de la diversidad.

En medio de esa confusión pica en punta la figura de Sergio Massa, quien ha logrado convocar multitudes en un zoom en el que participó un peronista moderado como el contador Sergio Milesi, uno de los posibles candidatos para 2023 y que ya está eclipsando al resto, inclusoive a quienes ya vienen representando al tigrense como Eduardo Rodríguez.

Este contador y ex concejal, a quien se lo vio constantemente en el zoom al lado de Massa, se decidió a canalizar su pasión por la política a través del massismo porque supuestamente no existe hoy un colectivo que le permita llegar a zonas en donde se pueda sumar y construir y no restar o destruir.

La campaña ya empezó y con ella se pusieron en marcha los sueños y las esperanzas.