El sueño de Edgardo Eyler con la escuela de San Jorge que cumplió su familia

Las historias de los pueblos tienen ese condimento tan especial que las hace únicas. Generalmente están cargadas de mucho sentimiento, de nostalgia que llega con el tiempo, de deseos que a veces se cumplen años después, muchos años después, y ese cumplimiento tiene que ver con los hijos que quieren concretar ese deseo que tuvo un padre o una madre.

Y cuando llegan momentos tan especiales como un aniversario, como fue el domingo 14 de agosto en San Jorge, ese pequeño pero hermoso y cálido pueblito que pertenece al partido de Laprida, ubicado a 80 kilómetros de Olavarría, ver a una familia entera junto con amigos, imaginar cómo habría sido la vida allí hace muchísimos años de sus abuelos o de sus padres, es algo que atraviesa el alma. Pero es algo que endulza el alma, lo carga de nostalgia, de amor y de lágrimas en los ojos que aparecen naturalmente.

Los antepasados Eyler (Jacobo Santiago Eyler y doña Rosa Floringer) llegaron en 1889, unos pocos días antes de que se fundara San Jorge. Fueron protagonistas de aquel momento único e imborrable para ellos. Después llegaron los hijos. Siete. Todos ellos para formar parte de una historia de vida en ese pueblito remoto en la provincia de Buenos Aires, muy lejos de su Alemania natal, partiendo en un barco que salió del puerto de Bremen.

Entre esos siete hijos estaba Miguel Augusto, quien se casó con Tránsito Barrutia, y de esta unión nacieron tres hermanos. Uno de ellos Augusto Santiago, quien se casó con Erlinda Elizalde (ambos nacidos en San Jorge) y tuvieron nueve hijos Miguel Augusto, Erlinda Nilda, Edilma Delthy, Edgardo Tránsito, Mario Oscar, Olga Edith, María Magdalena, Juan Carlos y Jorge Omar Eyler Elizalde.

Pues bien, luego de informar nombres, la historia se va decantando por el lado de Edgardo (casado con Norma Esther Castellano y padre de Norma Mabel, Edgardo Oscar, Graciela Haydée y Carlos Manuel), quien vivió con sus padres en las calmas (aún lo son) tierras sanjorgeñas hasta sus 13 años, en el año 1948, cuando todos se trasladan a Olavarría. Pero a Edgardo le quedó pendiente un deseo de niño: quería regalar útiles escolares a la Escuela 2 “Juan Bautista Alberdi”.

Por esas cosas de la vida Edgardo (trabajó como cadete en Zapatería Arenal y fue linotipista en Diario Tribuna, antes llamado La Democracia) no lo hizo y falleció en 2014 (el 5 de septiembre) sin poder cumplir ese deseo. Su esposa Norma falleció menos de un año después (el 8 de agosto de 2015). Así que su familia fue la encargada de cumplir ese deseo que lo concretaron este domingo 14 de agosto de 2022 y entregaron una gran cantidad de útiles escolares.

Así que disfrutaron de un domingo especial y fueron primos y primas, tíos también, todos juntos, y no dejaron de mirar al cielo para decirle a Edgardo que habían hecho lo que él tanto quería (Olga y Mary se sentaron, como antes, en uno de los bancos), para compartir un domingo muy especial en ese pueblo tranquilo, de gente tranquila, cálida y hermosa, gente de amistades fuertes.

Precisamente Olga Eyler fue la que escribió una nota muy bonita, que transcribimos más abajo, para comentar aquel momento y también lo que sintieron en este momento los que el domingo 14 estuvieron en San Jorge: los tíos Olga, Mary, Hugo, y primos Nora, Mónica E., Marta, Silvia, Jorge, Mabel, Mónica V. Graciela, Ricardo, Luis, Nachi, Gery, Mili, Franco, Azucena, Omar y Roberto. (Fotos familiares: gentileza familia Eyler).

“La fuerza de las raíces” (Por Olga Eyler. Nota colaboración)

En este 133° aniversario de la fundación de San Jorge, partido de Laprida, nuestro corazón sintió el llamado de fecundas raíces y especialmente la cosecha fructífera que sembraron don Augusto Santiago Eyler y doña Erlinda Elizalde.

Si nos remontamos a la llegada en barco de nuestro antepasado Jacobo Santiago Eyler, su esposa Rosa Floringer y sus siete hijos, las fechas coinciden con el nacimiento de esta población: San Jorge se fundó el 7 de agosto de 1889 y la familia Eyler-Floringer llega el mismo año y se instala en la sección chacras, donde trabajan la tierra.

El objetivo del viaje a nuestro terruño natal se cumplió totalmente. Enmarañados en recuerdos, anécdotas, vivencias, surgen sentimientos, emociones, alegría por el regreso y, sobre todo, la transmisión de padres a hijos, nietos y bisnietos de esta singular historia de una familia numerosa, humilde, con valores que pasaron de generación en generación.

El domingo 14 de agosto fue un día de festejo y lo vivimos como tal.

El encuentro con autoridades de la Escuela N° 2 “Juan Bautista Alberdi”, donde rememoramos nuestro paso por las aulas de esta querida escuela y además cumplimos el sueño de Edgardo Eyler, hermano, padre, abuelo, bisabuelo de la familia Eyler-Castellano, llevando donaciones de útiles escolares.

¡Gracias querido San Jorge!. Por lo que nos diste, por lo que perdura y por lo que vendrá en el futuro.