Alberto Lestelle: “Néstor y Cristina vinieron con una idea de kirchnerizar el país, no de presidir el país”

POR DARIO FARIÑA. Fueron cuarenta minutos de una jugosísima charla en la que no quedó ningún tema ni tampoco ningún nombre de la política sin tocar. Desde Carlos Menem, el presidente con el que trabajó once años, hasta Javier Milei, pasando por Cristina, Néstor, Alberto, Macri, Cavallo, y también Galli y Wesner.

Alberto Lestelle –con un currículum impresionante y extenso en la política argentina- también contó de su sueño frustrado de ser intendente de Olavarría, de por qué tuvo que irse del gobierno, de temas relacionados con una vida llena de experiencias valiosas que le contó a Primera Info en un mano a mano realmente excepcional, café de por medio (pide un churrasco a punto, que es un café con un poquito de leche, porque los mozos de Tasca ya lo conocen), distendido, con ganas de hablar.

Una de esas entrevistas en la que el hombre de 82 años (“y voy por 82 más”, dijo), leonino (nacido en Olavarría un 23 de julio), padre de Mariana y de Germán (que tuvo con Silvia Casanova, fallecida), abuelo de Delfina y Simón, hijo de don Marcos Domingo (ferroviario) y Teodora Fernández (“tuvo la primera peluquería de Olavarría”, dijo) quienes tuvieron seis hijos: Angel, Blanca, Nelly, Betty, Mercedes y él, Eugenio Alberto (“el Eugenio fue en honor a un tío, el hermano mayor de mi madre, que le pidió que si nacía varón usaran su nombre, pero no lo usaron nunca. Siempre fui Alberto. Es más, aclaro la firma y pongo E punto, Alberto Lestelle”, aclara), farmacéutico histórico olavarriense (se recibió en La Plata), hincha fanático de Racing de Avellaneda, habló con conocimiento de causa de toda la política, pero fundamentalmente con una gran objetividad, que recalcó tres veces durante la charla. Así, distendido, a pleno, habló Lestelle.

¿Alberto, era mejor la política de antes o es mejor la de ahora, o es la misma política y los protagonistas se encargan de modificarla un poco?

Darío, dos cosas importantes y te agradezco la entrevista esta. Dos cosas importantes, por lo menos para dejar aclarado desde mi punto de vista, ante un tipo preclaro como sos vos. Todo lo que diga yo lo voy a decir alejado de apasionamiento, lo voy a decir con fundamentos. Eso sí, con fundamentos, y con una visión personal que me animo a hacerla por la experiencia que ustedes, los olavarrienses, me lo han permitido. Tengo muchos años en política -sin ser un vicio y sin ser casta política-, eso quiero aclarar bien, siempre fui un ciudadano común. He mantenido la rutina de persona que no se puede modificar aun haciendo política. Y la segunda cosa, vamos a hablar de Milei, cualquier gobierno democrático que asuma tiene el derecho de establecer un programa con el que a los argentinos nos vaya muy bien. Ojalá que a Milei le vaya muy bien, pero para mí me parece que va a ser difícil, pero de eso vamos a hablar después. Pero quería hacer estas dos aclaraciones, porque también respecto del gobierno actual o los anteriores, lo voy a decir sin apasionamientos, basados en hechos concretos, en experiencias y en virtud de lo que pude hacer como político tanto en el Congreso de la Nación como en Gabinete Nacional, en el que estuve siete años consecutivos, sentado con 20 hombres más, dentro de los cuales estaba el Presidente de la Nación, que era Carlos Menem. Lo que me da un poco de experiencia en el tema y me obliga a ser objetivo en todo lo que digo.

Eso es, objetivamente, porque el apasionamiento por ahí lleva a los extremos

No, eso no sirve. El apasionamiento sirve a un status quo que es el que estamos viviendo ahora y desde hace muchos años.

¿Se va a la grieta también con ese apasionamiento?

Sí, el apasionamiento trae como consecuencia la grieta. Y cuando la grieta tiene dos artistas importantes que no ceden en su forma ciega de ver las cosas, la grieta se profundiza y puede ser insalvable. No obstante lo cual, debo decir que nosotros, los argentinos, somos inventores de la grieta. La pelea entre vecinos, no vaya con los vecinos de enfrente, el River-Boca, el Racing-Independiente, el San Lorenzo-Huracán, el Chaira-Bataraz, El Fortín-Ferro. Somos propensos a esas adversidades. Pero eso no debiera llegar nunca a la política y lamentablemente llegó. Para que esto termine después podemos hablar de cuál es mi opinión con respecto a la finalización de esta grieta, pero por ahora estamos un poco lejos.

¿Es difícil porque las posiciones extremas están cada vez más enfrentadas. Por ahí se miran intereses personales y no el interés que debe haber para que el pueblo o la gente esté mejor. Son esos intereses personales que hacen que lleve a la grieta quizá?

Los intereses personales crecen, se multiplican, terminan matando a la gente por falta de diálogo. Fundamentalmente por falta de diálogo. Yo no quiero ser redundante con el gobierno del doctor Menem, que habrá tenido muchos defectos, pero para mí fue un gran presidente de la Nación. El doctor Menem durante los casi once años de gobierno reunió al gabinete todos los días de la semana de los once años que estuvo en el gobierno. Los días eran los jueves a las 8 de la mañana e inexcusablemente teníamos reunión de gabinete. Si el jueves era feriado o él no estaba, se cambiaba para el viernes y hemos llegado inclusive a hacer reunión de gabinete un domingo. Pero hacíamos todas, durante once años consecutivos, todas las semanas reunión de gabinete. ¿Por qué digo esto?, porque al reunirse los responsables de la conducción del país de la conducción del país con el presidente de la cabeza, que ya tenía un programa preestablecido, teníamos la obligación todos los jueves de informar lo que habíamos hecho, las cosas importantes que habíamos hecho obviamente, y los miércoles anteriores teníamos que mandar una minuta diciendo qué íbamos a desarrollar durante el próximo mes. De manera tal que todo el gabinete estuviese enterado. Eso significaba que nos sentábamos 21 personas, yo era secretario de Estado con rango de ministro, con todos los ministros, con presidente de la Nación, vicepresidente, presidente del Senado, presidente de diputados, y discutíamos cuando el doctor Menem, vicepresidente provisional del Senado, decía que esta semana vamos a adoptar tales leyes, el presidente nos abría la opinión a todos los integrantes de gabinete.

Era muy amplio entonces para que todos puedan hablar...

Sin dudas. Y eso nos obligaba a nosotros, ese diálogo interno que hubo toda la vida, los once años que fue el gobierno del doctor Menem, a ser dialoguistas con todo el arco político de afuera del gobierno. Primero, dentro del gobierno, para que no hubiese grietas ni divisiones. Y segundo, con la oposición. Cada quince días teníamos una obligación moral de juntarnos con un legislador nacional, o ir a visitar a un legislador nacional a su despacho, o invitarlo a tomar un café, o ir a hablar con otro dirigente que no fuera funcionario. O sea, había diálogos permanentes, no había grietas. Después sí, después comenzaron. Cuando comenzó, en alguna medida, a no tener la positividad que queríamos que iba a tener la dolarización, comenzó a haber algunas diferencias sobre todo con la oposición, y ahí empezó a crecer una oposición que empezó a no respetar las reglas.

Ahí vino cierta debacle de Menem...

No, debacle no, pero comenzó sí hubo una fisura. Fisuras, que en una opinión personal, no fueron corregidas a tiempo sobre todo por la perseverancia y el carácter de Domingo Felipe Cavallo, que a la postre era ministro de Economía, y que él se mantenía en sus trece. El presidente tenía una cosa, él tenía una política, la exponía, pero dejaba que cada ministro hiciera la que él creía que podía hacer dentro del marco del plan del presidente, que podía ser positivo. O sea, el presidente no frenaba las cosas. Y dejaba sería a Cavallo, que en principio le resultó muy bien la convertibilidad, lo dejó hacer, opinión personal insisto, lo dejó hacer durante demasiado tiempo. Quizás si en el año 97 o 98 hubiésemos comenzado a tomar acción correctiva porque se le estaba escapando la paridad cambiaria, la cosa hubiese sido muy distinta a la que fue con posterioridad.

Ahí hay cosas que si uno vuelve el tiempo hacia atrás, capaz que hasta el mismo Menem hubiera cambiado cosas, ¿no?

Lo que pasa es que, insisto, era muy respetuoso de las actitudes de los ministros. Cuando el doctor Menem veía que había un tema que había que seguirlo después del gabinete, le pedía al que él tenía interés que se quedara, y siempre a una persona más, que la elegía, no al azar, por simpatía o por lo que fuese. Así que a mí me tocó muchas veces, cuando él se quedaba a solas con Cavallo, que el presidente de Menem me dijera, una cosa era el trato protocolar, usted ministro, usted secretario, y otra cosa el trato amistoso. Alberto vení que quiero hablar con Cavallo. O sea, tener una suerte de testigo de todo lo que se hablaba. Y ahí puedo dar fe que el presidente creía en Cavallo y creía que lo iba a sacar a flote. Cavallo estaba totalmente convencido, equivocado o no, que ese resquebrajamiento que se producía, él lo iba a corregir. Y después se le terminó yendo de las manos, ingresó el Pelado, como le decíamos nosotros, en un terreno político, se empezó a enloquecer un poquitito, comenzó a pensar que podría llegar a ser presidente de la Nación, ya en Gabinete empezó a discutir algunas cosas con el presidente, y terminó siendo eyectado del Gabinete, y lo reemplazó Roque Fernández.

¿Qué pasa después que ese gobierno abierto que hacía Menem, a nivel Gabinete, después vinieron gobiernos más personalistas, no? Porque tanto Néstor como Cristina eran, ellos tomaban decisiones, Néstor era el mismo ministro de Economía inclusive, aparentemente, y ni hablar de hoy, de Milei que es más personalista todavía. ¿Cambió ahí la forma de hacer política?

Absolutamente. Absolutamente porque, insisto en lo que dije hoy, voy a ser objetivo en lo que diga, lo viví. Néstor y Cristina vinieron con una idea de kirchnerizar el país, no de presidir el país. Sobre todo Cristina, que lo demostró después del fallecimiento de Néstor. Néstor hizo algunas cosas buenas pero tenía una impronta muy complicada, ya venía con esa impronta desde la intendencia de Río Gallegos o desde la gobernación de Santa Cruz. Él se creía omnímodo en ese sentido, no era un Menem, ahí no había reunión de gabinete, decidía él y decía él. Entonces ahí comenzó un distanciamiento, porque nosotros los peronistas de alma, los peronistas de Perón y de Eva, nos dimos cuenta que estos muchachos venían con ganas de aplicar la transversabilidad, con una cosa distinta ideológicamente a la verticalidad que manteníamos durante lo que era el peronismo. La verticalidad no era obsecuencia, teníamos un líder, Juan Domingo Perón, y en la conducción política no teníamos verticales esa política. Néstor lo quiso hacer transversal para captar mucha más sustancia política y fracasó, fracasó.

Con Cristina siguió más o menos igual, o peor...

Ni hablar con la muerte de él, porque se aceleraron los tiempos y aparece una Cristina brillante como política, brillante, un cuadro político excepcional, pero con unos modismos que daban lástima, unos modismos avasallantes, soberbios, de maltrato. A mí no me digan porque soy las que más sé, que fue lo que hizo a la postre que le jugara totalmente en contra. Y tiene mucho que ver y sigue teniendo mucho que ver aún hoy en día, sobre todo cuando leo, porque ya estoy un poco alejado de lo que es el hervidero político aunque sigo manteniendo el contacto con muchos compañeros y estoy bien informado, que dicen que se acercan las parlamentarias y tendría ganas de volver lo que sería un error fatídico.

Además de esa forma de gobernar, con una ambición económica desmesurada, por decirlo suavemente…

Sí, una ambición de demostrar el poder aunque sea trasladando los diarios en un avión de presidencia de la Nación. No tenía ningún miramiento. Soy la presidenta, mando los diarios a Santa Cruz, en un avión de la presidencia, porque son mis aviones. Y si tengo que ir a Chascomús y tengo que mover el Tango 01 y primero buscar una pista de aterrizaje en Montevideo, me voy en el Tango 01 porque es mi avión. Entonces todo eso es un caldo de cultivo muy grande que fermentó en la sociedad. Había asomado el anti-kirchnerismo dentro del peronismo, que queríamos volver a la esencia del peronismo y no alejarnos de él. Pero con Cristina comenzó a aparecer, es fea la palabra pero es objetiva, el odio al kirchnerismo. Y eso trajo como consecuencia algo que se agudizó también. Cuando hacemos la primera elección donde ella no se presenta y en gallos y medianoches lo eligen a Scioli, luego a Scioli desde el gobierno le hacen la vida imposible a tal punto que pierde por dos o tres puntos la elección con Macri.

¿Le soltaron la mano?

Le soltaron absolutamente la mano. Y ahí creo no equivocarme, embaló a alguien pero cuando vio (Cristina) que podía llegar a ser presidente dijo, ojo, a ver si llega a ser presidente y me deja a mí de lado. Entonces prefirió soltarle la mano y que pierda a seguir apostando a él y que ganase como podría haber ganado. Eso profundizó más, yo te diría la reacción un tanto furiosa del peronismo. No porque Scioli fuera un gran peronista, que nunca lo fue, sino por la actitud de ella para con el peronismo. Prefirió que perdiera la representación del peronismo porque en aquel entonces el PJ apostó a Scioli sin interesarle a ella más que otra cosa de querer ser victoriosa porque lo había manejado a Scioli como quería, lo había subido hasta el momento de poder ganar y después le soltó la mano para hacerlo perder. O sea, todo esto fue profundizando la grieta con un ingrediente…

¿La Cámpora…?

No. La Cámpora está dentro de la grieta kirchnerista y es un factor fundamental de esa bronca, de ese odio de la militancia. Pero apareció la confrontación con Macri. Entonces aparecieron dos personas en escena: Cristina por un lado con algo de solvencia política y Macri por el otro con mucha solvencia paternal, con mucha solvencia paternal. Macri fue el hijo de Franco Macri y llega a la presidencia porque había que votar otra cosa porque la gente no quería a Cristina, que fue lo que pasó ahora con Milei. O sea, es un voto revancha, un voto bronca que hace llegar a los distintos actores.

Porque los argentinos somos así, de votar con bronca y con el bolsillo...

Sí. Somos así los argentinos de votar con bronca. Sobre todo Darío la clase media no politizada. Lo sabés perfectamente bien como persona recontra instruida que sos, que hay tres clases: la clase baja, que es la clase casi sin salario; la clase media, que tiene clase media baja, media media y media alta, y la clase alta. De esas tres clases, la clase baja está acostumbrada al sufrimiento, a aguantársela, a zafar como pueda. Yo te diría que hasta es la menos quejosa. Con la clase alta pasa lo mismo, que será un 5% de la población, que tiene tanta plata que no le importa lo que pasa. Pero la clase media, la que comienza como clase baja, como clase baja-media pero quiere ascender, porque somos de clase media, somos hacedores, somos laburantes, nos gusta progresar y no nos conformamos así nomás. Queremos crecer, queremos casarnos, tener una buena familia, criar los hijos, queremos que haya más desarrollo. Por lo tanto, cuando vemos que nos empiezan a cortar eso, somos los primeros en quejarnos. Hablaba con un amigo y le decía, la clase media somos muy quejosos. Tenemos fundamento para ser quejosos. Somos a los que más nos golpean, porque somos dentro de la estructura. Yo no digo que seamos superiores, ni mucho menos, pero es un sector, geométricamente hablando, mucho más grande que la clase baja y que la clase alta, poblacionalmente hablando. Y somos los que manejamos la estructura de las pymes, el comercio, los pequeños latifundios. Somos los que generamos muchas cosas. Por eso, cuando nos cortan esa posibilidad, y sobre todo, si nos cortan de prepo y sin fundamento político y mintiendo, la bronca es más grande.

Y la gente, precisamente, tuvo mucha bronca, porque detrás de esos gobiernos hubo mucha mentira, mucho enriquecimiento, y el pueblo no estaba de la misma manera, más allá que saltaron cosas como las causas judiciales de Cristina, y eso es parte de la bronca que origina respuestas con las que la castigan…

Exactamente. Todo eso fue un elemento fundamental, algunos de los cuales fueron inflados, sin duda, pero que existieron. No hay ninguna duda, cuando el río suena, agua trae. Quizás inflado por el periodismo afín a la oposición, que quería -de alguna manera justificada- terminar con el gobierno de Cristina. Honestamente, con Cristina, sin llegar a parangonar el gobierno de Isabel que ya no daba más y por eso se produce la revolución de marzo del ´36, con Cristina pasó lo mismo, no se aguantaba más. Por más cuadro político que haya sido, que es y que siga siendo. Por eso te decía hoy, cuando yo escucho que empieza a largar algunas opiniones políticas para tratar de ir recuperando terreno y pensando en el año que viene, me da pavura. Me da pavura porque vamos otra vez a una estrepitosa derrota, por más mal que haga las cosas este gobierno, que -insisto en lo que dije al principio- ojalá le vaya muy bien, porque si fuera así, nos iría bien a todos los argentinos.

Precisamente, porque había bronca contra Alberto, que fue una especie de títere, evidentemente, es que llega Milei. ¿Alberto fue manejado por Cristina de atrás? ¿Es así?

Alberto fue químicamente un anfótero. Sabés que me gusta la química. Tenés los metales con carga positiva y los metaloides con carga negativa. Los anfóteros no tienen ni carga negativa ni carga positiva. Los de carga positiva sirven para producir una reacción y unirse a una carga negativa y formar algo distinto. O sea, tienen razón de ser. Y los de carga negativa, a la inversa, tienen la capacidad con un tema técnico y de la estructura atómica, de hacer algo con lo de carga positiva. Alberto fue un anfótero, ni fu ni fa. Alberto no tuvo extracción política. Te lo voy a definir en un término bien paisano que nos gusta a nosotros: Alberto nunca usó alpargatas y si las usó, nunca las ensució. Y si las ensució, nunca las rompió. Y si las rompió, nunca le sacó el dedo gordo por la punta. O sea, es un muchacho que vino, fue integrante del gobierno, gran parte del doctor Menem, que a pedido de Cavallo lo metió en la Dirección Nacional de Seguros, la que controlaba las obras sociales y demás. O sea, fue un oficinista y de pronto se encuentra con la posibilidad de ser presidente.

Sí, porque Cristina lo puso ahí como en su momento lo puso a Boudou de vicepresidente…

Sí. Ni más ni menos. Hizo lo que hizo con Scioli, pero habida cuenta de la experiencia con Scioli dijo, bueno, a este no le vamos a aflojar mucho, aunque le aflojaron mucho. Pero Macri estaba en el ocaso en ese momento por los 55 mil millones de dólares que había pedido el FMI, que al día de la fecha, 9 de marzo de 2024, no sabemos adónde fueron a parar y eso le trajo muchos problemas a Macri. Y esa situación fue aprovechada. Esa flaca fórmula que tuvimos nosotros para ganar elecciones. Bueno, después sí podemos decir que tuvo la malaria del Covid, malas cosechas, etcétera, etcétera. Pero no hizo nada para tratar de revertir todo eso. O sea, tuvimos un gobierno inerte, inerte. Ni fu, ni fa.

¿Milei demostró en poco tiempo que está siendo igual que Cristina en cuanto a las formas de hacer política?. Yo creo que es más economista que político, pero parece que aún no se dio cuenta que es presidente

Y yo creo que Milei está haciendo récords, porque Cristina venía de ser política. Había estado con el marido tanto en la intendencia de Río Gallegos como en la gobernación de Santa Cruz. Había sido diputada nacional, senadora nacional, pero Milei viene de un sector complejo como para certificar que es de la política. De política mucho no sabe. Entonces, en mi opinión, voy a insistir, está cometiendo unos hechos políticos imprudentes e incomprensibles que pueden llegar a un estado imprevisible en mucho menor tiempo que lo que hacía Cristina. Insisto, no es defender a Cristina, no, no. Te voy a dar un ejemplo. O dos ejemplos de las últimas 48 horas para no remontarlo a tres meses atrás que parece que hiciera tres años por la gran cantidad de cagadas que se está mandando. Dos hechos nomás. El primero, en el discurso me pareció un buen discurso, bajó el tono, me interesó los 10 puntos aunque faltaron algunos importantes, como la educación. Pero no importa. Por lo menos largó una propuesta concreta. Y después eso lo remata con el llamado al diálogo y al pacto del 25 de Mayo con los gobernadores. A mí eso me pareció novedoso y muy interesante, porque volviendo a lo que decía antes, un gobierno se maneja con diálogo y no con enfrentamientos. Pero a los tres días de esto dice que a los gobernadores los va a mear a todos. Los tiene convocados para mayo, los tenía convocados para hacer, en donde no llegaron a ninguna determinación, están en agua de borrajas, pero dice que los va a mear. ¿Qué gobernador, con un dedo de frente, así sea un aliado de él, que escuche del presidente a vos te voy a mear la cabeza, se va a sentar con ganas a dialogar?.

Así será difícil lograr acuerdos...

Por supuesto. Es muy difícil. Eso por un lado. Eso es reciente. Y el jueves demostró su poca sensibilidad humana cuando fue a dar un discurso en la escuela secundaria. Un presidente de la Nación. Fue una charla presidencial en una escuela secundaria, con pibes de 14 años. Pero lo grave de esto, que el chiquito que tenía de abanderado atrás, y que se veía a la legua que estaba descompuesto ese pibe, se veía que estaba haciendo el esfuerzo para quedarse parado, cae desmayado y él estaba hablando de zurdos. Cuando dijo, ahí tiene, ahí se cayó uno. Los nombro y se caen. Sin la menor sensibilidad de parar el discurso, revisar una criatura, si se había muerto. Pues esas cosas de Milei se van acelerando y hacen que comience a haber reacción entre la gente. Que no llegó todavía la reacción entre la gente. La reacción va a llegar cuando el bolsillo toque fondo y no estamos muy lejos.

¿El movimiento libertario aún no está preparado para ser gobierno?, ¿y el país tampoco está preparado para ser gobernado por libertarios?

No. Totalmente de acuerdo. Está en la sombra de un sector político que no es casta. Son personas que entienden de política, no es casta. Hay de esos, claro, que arriban a la política para pasar cuatro años, llenar algún bolsito y desaparecer.

Son los que llegan por interés y no por convicción…

Por interés, por contactología superior o inferior. Hay de todos llegados. No hablo de eso. En el caso de Milei la cosa se complica. Porque Milei si bien es cierto tiene cierta instrucción económica que no conocemos cuál es, ha comenzado a hacer algo que yo te lo graficaría con un ejemplo medio grotesco, pero para que entienda la gente. Es como si a un padre que no le alcanza el sueldo y que tiene 10 hijos, un día llega a la casa y le dice a la mujer y a los hijos, “no me alcanza el sueldo. Desde hoy no se come más, arréglense como pueda, cada uno coma lo que pueda. Ya rompí el medidor de la luz. No hay más luz. Ya hice sacar el medidor del gas. No hay más gas”. Es medio grosero lo que te digo. Pero de esa manera, por supuesto que le va a alcanzar el sueldo. Le va a sobrar el sueldo. Pero los hijos se van a enfermar o morir. Los hijos van a dejar de estudiar, la mujer anda a saber si no tiene que salir a hacer sus changas semanales para traer algún peso. En lugar de agarrar y decirle a la familia, muchachos míos, no me alcanza el sueldo, tenemos espacio en la casa, voy con cosas simples. Pero como estamos entre paisanos me van a entender bien. Tenemos un terrenito, vos Carlitos que sos el mayor punteá un poquito, yo te voy a comprar semillas para plantar acelga y lechuga, a vos que te gustan los pajaritos traé una gallina que esté encluecada y poneles seis huevos. En lugar de ordenar a la familia y decirle a cada uno lo que hay que hacer, porque el sueldo no alcanza para que aporten todos, algo que se hacía antes, Darío. Antes se hacía. Este no lo hace. Este dice que no hay plata. Pues así es muy fácil, cómo no va a llegar a déficit cero si deja de girar a las provincias.

Que, además, el interior es el que más produce...

Exacto. ¿Quiénes producen la riqueza del país? ¿La Nación o las provincias? La Nación es administradora de las riquezas que producen las provincias. Esas riquezas generan los impuestos que crea la Nación a través de la burocracia política en el Congreso, llega esa masa de plata a la Nación que tiene que ser coparticipada con las provincias y este señor decide no coparticipar más. ¿Cómo se va a sentar con gobernadores que saben que van a ser meados y que saben que les están robando la plata a ellos?. Por eso la reacción del gobernador de Chubut. Ah, no hay más coparticipación, no hay más petróleo. Pongo yo acá una destilería y empiezo a vender el petróleo al interior y así va a pasar con todos. Por eso no creo, aun con la buena voluntad que ha tenido que evidentemente no era tal, que esta reunión con los gobernadores llegue a un término feliz. Por lo menos no se llegó a ningún acuerdo, van a seguir conversando y no sé qué va a pasar el 25 de mayo. ¿Cuántos se van a sentar para firmar el pacto?.

¿Alberto, le hubiera gustado ser intendente de Olavarría?

Sí, sí, me hubiese gustado. Me encantaba. Creía que estaba preparado para eso y se me fue la oportunidad en el ´83 y ya después dije como no soy de estos seguidores de andar atrás de las cosas y haciendo política, pero siempre tuve mis cosas como hombre de la clase media que quiere progresar. Por ejemplo, mientras tenía la farmacia armé la cerealera de Olavarría que está plantada acá en la estación, yo era el dueño de eso junto con dos socios más, después vendí la parte. Armé una droguería de ventas de medicamentos en Olavarría. Me gustaba hacer muchas cosas, muy hacedor. Eso me permitió en el ´83, cuando se reinicia el ciclo político, había cuatro grupos políticos para la interna; uno liderado por Ennis, otro por Baranzini, otro por don Alfredo Fernández y yo. Y ganamos nosotros en la interna, les sacamos el 52% de los votos, el segundo sacó 22%. Eso hizo que me eligieran a mí como presidente de partido y en aquel entonces era simultánea la candidatura a la presidencia de partido y a la intendencia. Y ahí empezamos a trabajar armando equipos técnicos de primer nivel en aquel entonces, radicales, socialistas de todo tipo, de todo color político, y armamos un programa político, social y económico para Olavarría muy interesante, muy interesante.

Pero le tocó perder...

Sí. me tocó perder. Porque así como me tuve que ir del gobierno por los nariguetazos, acá yo en todas las reuniones políticas que hacía informaba que si ganábamos nosotros, como Olavarría tenía recursos propios y no necesitaba presupuesto de coparticipación de las provincias, aunque no se iba a rechazar, ese presupuesto propio salía de las canteras, haciendo la medición como correspondía a lo que era el proyecto de ley de don Oscar Lara, que es medición de frente de piedra. Cuando yo empecé a hablar en los discursos que íbamos a instaurar la medición de frente de piedra y desterrar las declaraciones juradas, Loma Negra me mató, se me echó en contra. Me llamó, no quiero nombrar a la persona porque ya no vive, una gran persona me llamó, gran jerarca de Loma Negra, y me dijo “no digas más eso, no digas eso porque Amalita se vuelve loca”, a tal punto que me mandó a todo Loma Negra a votar en contra y perdimos por dos mil y pico votos, pero me quedé con las ganas honestamente. No por mí sino porque teníamos un proyecto interesante

¿Qué ideas tenían?

Te puedo nombrar dos o tres cosas: transformar la laguna Blanca Grande en la laguna más importante, dragarla, hacerla más amplia, que la de  Chacomús haciendo dormis, haciendo una colonia de vacaciones interesante; llevar el balneario municipal adonde está Ferro, en este momento el Salto de Piedra, y fue un gran colaborador ahí el doctor Baranzini, habíamos hecho estudios de agua desde el Salto de Piedra hasta pasando el puente de la 226, y el agua incontaminada estaba en el Salto de Piedra, así que se había hablado ya con Bilotto que a la vera derecha del arroyo tenía unas 150 hectáreas, para en caso de ganar la intendencia comprarle 5 hectáreas nomás a Bilotto, que nos había dicho que sí, para ampliar el balneario hacia un balneario espectacular para la provincia. Teníamos acordado con Fuerza Aérea transformar el mausoleo este que yo decía, si no se hace algo va a terminar como pista de aterrizaje para teros y chimangos, y si un día tenés ganas de tomar mate, andá y ve quién aterriza, aterrizamos todos los chimangos. Nosotros habíamos hablado con un brigadier para transformar esta pista y estos talleres en talleres subsidiarios de los talleres aeronáuticos de Tandil, o sea repartir los arreglos. Tandil era un taller que no daba abasto. Había muchos proyectos muy importantes, muy importantes. En la playa de camiones se decía que iban a terminar habitando las ratas, hicimos con la Escuela de Asistentes Sociales un proyecto recreativo infanto-juvenil, el fundamento era hacer vacacionar a los chicos carentes de recursos una semana, ahí entraban más o menos 50 pibes, para darles clase de puricultura, o sea le buscamos su utilidad a muchas cosas y preparamos un programa muy interesante como una red caminera muy importante a nivel de campo. El frigorífico que todavía no lo tenemos, somos el partido de mayor cantidad de cabezas de la provincia y no tenemos, no un frigorífico, no tenemos un matadero. La vez pasada estuve con Maxi (Wesner) y le dije “ponete las pilas, querido, no pensés en el matadero, pensá en un frigorífico, y si no hay plata, como dice el presidente, buscá unos empresarios y hacé un convenio entre el municipio y los empresarios, a ver qué parte le corresponde al municipio y cuál a los empresarios. No tenemos frigorífico. En el año ´83 teníamos desplegado un plan para hacer un frigorífico, y así muchas cosas más. Por eso le digo, me quedé con ganas pero ya se me pasó el tiempo me parece, jajaja.

Alberto, le hago la última. Hágame una síntesis de lo que fue el gobierno de Galli y qué puede pasar con este gobierno en el que está inserto La Cámpora, que por ahí es mala palabra de alguna manera para la gente

El gobierno de Galli fue un gobierno no tan anfótero como el de Alberto Fernández, pero tampoco muy alejado. Debo reconocer que hizo algunas obras, sobre todo asfaltos, se ve en la zona del oeste, en la parte del Alberdi y en todos esos barrios asfaltó, algunas casas, pero no estuvo a la altura y a nivel que debiera estar un intendente de Olavarría que es una de las intendencias más importantes de la provincia. No quiero entrar en críticas destructivas sino objetivas. Creo que podría haber hecho más. Por ejemplo, si no se animó a hacer un frigorífico, al menos un matadero. La salud estuvo bien manejada, ahí tuvieron un secretario de salud que fue espectacular, fue de primera. Y el personal de salud del hospital es de primer nivel que tenemos. Y después, con respecto al campo, tuvo sus más y sus menos. En el caso para ser sintético de Maxi, depende que Maxi pueda manejar La Cámpora. Si Maxi es consciente, como creo que lo es, que acá hay gente que no la voy a nombrar para que no se enoje porque ya bastante me han puteado, lo han rodeado muy de cerca, muy de cerca. Con la primera concejalía y con la jefatura de gabinete está muy rodeado. Entonces, yo confío en que Maxi es un pibe joven, tiene muchas ganas de hacer las cosas y me parece que tiene la habilidad de marcar, usar y hacer correr los tiempos. Creo que lo está haciendo. Si Maxi, ojo, tampoco tiempos largos, puede controlar eso, me parece que vamos a tener una Olavarría interesante. Si no lo controla, seguiremos con los anfóteros.