Animate: "Si el Estado hiciera lo que tiene que hacer, nosotras no existiríamos"

Por Mercedes Fariña 

Liliana Cuenca y Nadia Vega son madre e hija. Desde la Dirección de Políticas de Integración para la Discapacidad, espacio que les cedió el Municipio, cuentan que comenzaron con "Animate" en junio de 2016 con un proyecto presentado en la Mesa Local de Violencia, que en su momento fue aprobado.

Es que el trabajo con la temática de abuso sexual que realizan incansablemente hasta hoy vio sus comienzos en 2014. La entrada de estas mujeres a este tema tan duro, que en Olavarría era un gran tabú, fue a través de un caso de abuso dentro de su familia. "Tuvo como víctima a mi prima y como victimario a uno de mis tíos" detalló Nadia. 

"En ese momento nos encontramos solos como familia" narraron, dado que la causa quedó "encajonada" y siete años después la víctima fue citada a la ciudad de Azul. Una vez llegada allí, se encontró con un juicio, sin notificación previa ni la preparación ni contención que este tipo de proceso requiere. Ahí comenzó la lucha familiar, sobre todo teniendo en cuenta que la pena de 7 años tardó más de 12 meses en ejecutarse y el abusador continuaba trabajando y estando en contacto con mujeres y niños.

Esa situación acercó a esta familia a otras que estaban pasando por lo mismo, inmersas en una problemática de la que costaba hablar en nuestra ciudad, con crímenes similares que quedaron impunes o tardaron su buena cantidad de años en resolverse.

En 2021 desde Animate, que es una asociación civil, consideran que la forma de encarar esta temática "ha cambiado un poco desde la creación de la Secretaría de Delitos contra la Integridad Sexual hace 3 años, que está a cargo de José Iturralde". 

Esto, según consideran, ha brindado mayor celeridad a las causas, aunque sostienen que "la justicia es súper lenta, siempre decimos que los tiempos de las víctimas no son los mismos que los tiempos de la justicia".

En otros casos, la herramienta del escrache y los murales realizados por víctimas y madres ha sido el empujón que el sistema judicial necesitaba para comunicarse con las víctimas luego de que hayan realizado las denuncias en la Fiscalía o incluso han detenido al agresor luego de una acción de justicia social a través de las redes.

Lo cierto es que el escrache se ha tornado una herramienta de doble filo y desde que Animate es una asociación civil, lo implementan una vez que la denuncia ya tiene un recorrido. "Desde el primer encuentro le creemos a la víctima, pero tenemos ciertos recaudos, lo hacemos cuando ha pasado cierto tiempo y procesos y las víctimas no han tenido noticias" contó Liliana Cuenca. 

El acompañamiento en pandemia

La pandemia de coronavirus significó un revés para el mundo en general, en el caso del campo de acción de la asociación civil Animate, suspendió juicios que venían retrasándose desde 2011 y 2012.

"Hoy hay protocolos para todo, pero para la Justicia no hay nada" expresó Nadia, lo que tuvo como consecuencia la ausencia total de juicios desde el comienzo de la pandemia en marzo de 2020. El Tribunal de Azul aún no cuenta con protocolos, no como en el caso de otras provincias donde los juicios e incluso las Cámaras Gesell se llevan a cabo vía teleconferencia.

Madre e hija coincidieron que en todos los casos de abuso sexual, se tarda en realizar una pericia o una Cámara Gesell, sobre todo en determinar fechas de juicio. "A pesar de la existencia de la Secretaría faltan recursos, gente trabajando, capacitación, falta mucho por mejorar" afirmaron.

Cuestiones de género

En 2018 se promulgó la Ley Micaela, que establece la capacitación obligatoria en temáticas de género para todas las personas que integran los tres poderes del Estado. Sin embargo, desde Animate cuentan que están en una lucha constante para que los casos de abuso sexual se incluyan en todo lo que abarca la violencia de género.

"Nos han rechazado proyectos porque insisten en que el abuso sexual no encuadra en lo que es violencia de género" narró Liliana, situación que hace que las políticas y estrategias implementadas por organismos del Estado no incluyan a las víctimas de abuso. 

En los últimos años en Olavarría se han creado refugios, redes de contención y economía social para las víctimas de violencia de género. En este sentido, Animate expresó que "nosotras también necesitamos refugios, las chicas no tienen a dónde ir". En muchos casos, al no contar con otro lugar para vivir, las mujeres no denuncian y permanecen bajo el mismo techo que su agresor, expuestas a más abusos, a los que se suma un Estado ausente.

El espacio que ocupa actualmente la asociación civil fue cedido gracias a un proyecto presentado al Honorable Concejo Deliberante  través de la concejala Mercedes Landívar, donde se requirió al Ejecutivo un lugar físico para trabajar, un subsidio y la posibilidad de formar un equipo interdisciplinario. Por el momento, sólo cuentan con las instalaciones de la Dirección de Políticas de Integración para la Discapacidad.

Sin embargo, la actividad se dificulta al compartir las oficinas con los empleados del lugar, dado que al ser necesario contener a víctimas que lloran, se desbordan contando su historia, el ambiente laboral no es el más adecuado para nadie. Es así que la directora de Animate, Liliana Cuenca, procura realizar los acompañamientos en horarios no laborables, fines de semana y feriados. 

"Acá en Olavarría en el tema de abuso sexual están todos muy ausentes, no están comprometidos" expresaron, al tiempo que ponen sus esperanzas en un pedido realizado al gobernador Axel Kicillof para recibir ayuda del Estado para seguir realizando un trabajo que ni la pandemia ha podido mermar. 

Las mujeres que denuncian necesitan saber en qué estadio está su causa, necesitan ser contenidas, hablar, pero también recibir asistencia en salud mental. Liliana agradeció el compromiso de la Licenciada Mariana Galli, directora de Salud Mental del Hospital Municipal, porque "siempre logra acomodar a las chicas y que sean asistidas". 

Sin embargo, Nadia sostuvo que esto "no debería ser así", dado que tantas víctimas reciben la atención necesaria a través de Animate, pero hay otras tantas que son ignoradas, sus causas son pospuestas o encajonadas y así han llegado a la conclusión de que los 300 casos que conocen y han acompañado hasta ahora son sólo la punta del iceberg.

Animarse a ayudar

Desde el comienzo de 2021 ya acompañaron 12 casos de abuso sexual, cifra que en una ciudad de alrededor de 120.000 habitantes es más que alarmante. 

A esto se le suma que muchas veces las madres protectoras, al alejarse del hogar el abusador, se encuentran vulnerables económicamente y no pueden siquiera alimentar a sus hijos. Allí es cuando la cuota que recibe Animate entra en juego. 

Las personas colaboran con la asociación civil y ese dinero se destina a combustible, alimentos para familias que lo necesitan, contadora, capacitaciones abiertas, entre otras cosas. "Quiero usar esa plata para algo útil" destacó Liliana y aseguró: "si el Estado está ausente y hay familias que no tienen para comer, voy a sacar de mi bolsillo o de donde pueda.

Este año la cuota es de $150. Las integrantes de Animate cobran casa por casa pero también abrieron una cuenta donde se puede depositar a través del CBU 01403372 01637905573222.

Es importante recordar que, en caso de sufrir o haber sufrido abuso sexual, es posible contactarse al número 2284-571543, teléfono de Liliana Cuenca y así pactar un encuentro que se llevará a cabo con los protocolos de higiene dispuestos.

"Así tenga que hacer el encuentro en el auto, yo no voy a dejar de atenderle el teléfono a nadie" indicó Liliana, reflejando la voluntad de hacer un trabajo que requiere poner el cuerpo y el corazón cuando todo lo demás falla. Como agregó Nadia, "si el Estado hiciera lo que tiene que hacer, nosotras no existiríamos". Pero existen, acompañan y no bajan los brazos.

Fotos: Perfil de Facebook de Animate Olavarría