Mientras hay un Estado cada vez más caro, se viene la batalla electoral por 2021

El Gobierno decidió fragmentar los picos de contagio y medirlos por ciudades y barrios para no quedar tan expuesto ante los  errores de cálculo. Ya pasaron cuatro meses de cuarentena y la economía se cae a pedazos. Por el momento, el país sigue desparramando plata inventada por la maquinita y no por la economía real. El problema se presentará cuando comience a incidir en el mercado ese exceso de circulante sin ningún respaldo.

 Sin embargo, se continúan creando cargos y dependencias y se proyecta una reforma judicial que va a costar más que todos los haberes de los jueces jubilados.

Entre políticos y judiciales este país se va al pozo, comentó uno de mis amigos madrileños, e invitó a imitar al suyo y a Italia que hizo una reducción del 50 por ciento del presupuesto de ambos parlamentos. También Alemania se sumó a ese ajuste que aquí nunca llega.

Y tanta es la desproporción que un concejal está cobrando cerca de 100 mil pesos mensuales más la antigüedad. Uno de ellos se lleva 130 mil por mes a su bolsillo y lo más importante que ha hecho en su vida fue declarar el día del motoquero o algo así. En fin, un aporte bárbaro a la ciudad. Xavi, mi amigo catalán, no lo puede creer: “Ustedes sí que son increíbles, viven en la pobreza pero gastan como ricos”, dice.

Le explico que no todo el mundo vive así, sino que estos “desbordados” son los políticos y los jueces, a los que les habría que sumarle algunos funcionarios judiciales.

Los españoles están intrigados porque no saben cómo vamos a pagar esta reforma judicial la que, aunque todavía resta algo de tiempo, es una amenaza constante tanto para el bolsillo de los argentinos como para el servicio de Justicia.

La Argentina es un país condenado al fracaso, me sentencian. Como en el fútbol, “ustedes creen que valen el doble de lo que cuestan, y así les ha ido. Son como las familias aristocráticas venidas a menos: viven de la ilusión y aspirando el recuerdo de un pasado mejor”.

La Sección

El Intendente hizo ayer una jugada formidable. Supo revertir el error de la restricción a las personas mayores a los 60 años y se mantiene al tope de la tabla de los candidatos.

Y si no puede renovar por cuestiones legales, se perfila como el dueño absoluto de la Seccional. María Eugenia Vidal y Jorge Macri le han dado a Ezequiel la birome de la Séptima y será él quien arme la lista. Se presume que sólo un espacio político se llevará los tres senadores, y que se dará un escenario similar al de 2013. Por lo tanto, el primer lugar será para Olavarría, el segundo para Azul y el tercero para General Alvear.

Ezequiel designará al olavarriense, y si no es él habría que ver quién triunfa en la pulseada, si Jáuregui o alguien de su gabinete. Lo de Azul es previsible, y seguramente será Alejandro Vieyra, el hombre fuerte de la vecina ciudad quien secundará  al olavarriense. Celillo pondrá al radical.

En el Frente de Todos, Valicenti apostará a otros cuatro años en la Legislatura y Santellán hará un nuevo e infructuoso intento por entrar en ese preciado pero inaccesible palacio. Adriana Capuano ya tiene su lugar que le facilitó el hombre de las tres G honrando un pasado políticamente compartido. Y ahí se termina el problema porque el segundo lo definirá el eterno diputado provincial de La Cámpora.

Es decir, aquella cooperativa seccional de García Blanco fue sustituida por una sociedad anónima en la que Valicenti posee todas las acciones.